Los expertos dan por bueno el resultado de la puja debido a la fortísima demanda, que ha superado los 6.800 millones de euros, de los cuales 1.990,52 millones de euros correspondieron a letras a un año, frente a los 4.444 solicitados, y 522,96 millones en letras a dieciocho meses, de los 2.372 millones que pidieron las entidades.
Para José Carlos Díez, analista jefe de Intermoney, el Tesoro español tiene un problema de precio pero no de cantidad, lo que es "muy diferente al resto de países con los que nos comparan", y recordó la bajísima demanda que obtuvo la última subasta de deuda que celebró Portugal.
Aunque reconoció que la subida del rendimiento es un indicador de la desconfianza que aún impera en los mercados, recordó que "pocas veces habrá oportunidades de financiarse con tan poco riesgo y tan elevada rentabilidad", en referencia a la más que probable alta demanda efectuada por los bancos españoles.
Además, aunque admitió que financiarse a tipos muy altos "es peligroso", insistió en que esa eventualidad debería prolongarse durante muchos años, y reiteró que la posibilidad de que España quiebre "es ciencia ficción".
En la anterior subasta de estas denominaciones, celebrada el pasado 16 de noviembre, el Tesoro adjudicó 4.974 millones de euros en letras a 12 y 18 meses, con un interés marginal del 2,450% para las letras a un año -por encima del 1,859% de la puja anterior- y del 2,747% para las de 18 meses -también superior al 2,028% precedente-.
Esta es la primera subasta que celebra el Tesoro español después del paquete de medidas anti crisis aprobadas por el consejo de ministros el pasado 3 de diciembre, y tras la rebaja de calificación que la agencia de medición de riesgos Fitch decidió aplicar a la deuda irlandesa.
El efecto inmediato de la puja en el mercado ha sido descorazonador, ya que el principal indicador de la bolsa española, el IBEX 35, perdía el empuje alcista de la apertura y se apuntaba el mayor descenso entre los índices europeos, cercano al 0,80%.
También la prima de riesgo española acogía con desconfianza la subasta de letras, ya que pasaba de los 252 puntos básicos de la apertura a 260.
La última vez que el Tesoro pudo reducir el interés marginal de una emisión de deuda fue el pasado 19 de octubre, antes de confirmarse que Irlanda debía acudir a la Unión Europea en busca de ayuda.
Antes de que acabe el año el Estado tiene aún dos citas más con los mercados.
El próximo jueves se celebra una subasta de obligaciones a diez y quince años, en la que intentará adjudicar entre 2.000 y 3.000 millones de euros, en tanto que el día 21 celebrará una puja de letras a tres y seis meses.