El foro, destacó a Efe la ministra, "ha contribuido a profundizar en las excelentes relaciones que existen entre ambos países" y ha permitido a China y España "analizar cuál es la estrategia que tenemos que seguir de cara a la crisis económico-financiera internacional".
Uno de los comités que reunió en los dos días de foro a expertos españoles y chinos se dedicó específicamente a la igualdad, un tema que según Aído "dio oportunidad a abordar dos cuestiones de relevancia: la situación de las mujeres en este contexto especial de crisis y la lucha contra la violencia de genero".
En este segundo punto, la ministra señaló que aunque las situaciones de España y China son diferentes, ambos "van a seguir trabajando", y destacó que las autoridades españolas han mostrado a las chinas la Ley de Violencia de Género para seguir profundizando en la materia en el encuentro que mujeres españolas y chinas celebrarán en otoño en Madrid.
En la ceremonia de clausura, la ministra destacó que China es un pueblo "dinámico y con determinación", y que las relaciones con España "están en un momento inmejorable".
También anunció que el foro de diálogo continuará en Barcelona dentro de dos años (hasta ahora había tenido carácter anual).
Aído reiteró que España contribuirá a impulsar las relaciones con China durante su presidencia de turno de la Unión Europea, en el primer semestre de 2010, y destacó que el VI Foro de Barcelona, en 2011, "será una nueva oportunidad para acercarnos y continuar conociéndonos".
En la clausura también intervino el presidente de la Fundación Consejo España China, Juan Lladó, quien destacó la importancia de elegir una ciudad del interior del país asiático en esta edición: "Nos hemos acercado a la China real", señaló el también presidente de Técnicas Reunidas.
El foro destacó este año por la firma, también hoy, de dos acuerdos del Grupo Villar-Mir para construir una fábrica de silicio y una autopista en la misma provincia donde se celebró el diálogo, Sichuan (azotada el pasado año por un terremoto).
Los acuerdos suponen una de las mayores inversiones de infraestructura e industriales de España en China, y marcan una entrada decidida de la presencia española en Sichuan, provincia aún menos desarrollada que el este del país (donde están Pekín y Shanghai) pero con un rápido crecimiento económico.