Argentina trata de incentivar el consumo con planes de eficacia limitada

EFE 07/03/2009 16:28

Cuotas mínimas y a bajos tipos de interés para comprar el primer automóvil o cambiar por nuevos los vetustos refrigeradores, lavadoras de ropa, cocinas y calentadores de los hogares fueron el gancho para que muchos argentinos de bolsillo ajustado pensarán en darse una vuelta por concesionarios y tiendas de electrodomésticos.

La presidenta argentina, Cristina Fernández, comenzó a anunciar estos incentivos al consumo en diciembre pasado, como parte de una batería de medidas para hacer frente a los efectos de la crisis global.

"Estas medidas contra-cíclicas van en la dirección correcta", dijo a Efe el economista Pablo Tigani, de la consultora Hacer, que destacó que los planes gubernamentales buscan incentivar la producción local y generar confianza.

Los incentivos a los préstamos para el consumo, por un total de 6.600 millones de pesos (unos 1.815 millones de dólares) para este año, también incluyeron facilidades de pago para paquetes de turismo en Argentina.

Hasta hubo canastas de productos navideños a precios accesibles, que la propia Fernández publicitó al detalle desde la residencia presidencial en un discurso en el que reveló que le gusta más la sidra que el champán.

El más reciente es un plan lanzado hace diez días por la mandataria para la compra de camiones y vehículos utilitarios y para el canje de bicicletas.

Los interesados podrán entregar su vieja bicicleta, que irá a desguace, y así lograr descuentos de hasta el 41 por ciento para adquirir una nueva en doce cuotas desde 16 pesos (4,3 dólares) mensuales.

Sostener el consumo se ha vuelto una prioridad para el gobierno de Argentina, que tras haber crecido durante seis años a altas tasas, ahora ve recortadas sus fuentes de ingreso desde el sector externo por culpa del descalabro global.

"Lo que estamos viendo en el mundo es que se están colocando grandes sumas de dinero, pero finalmente esto no termina llegando al usuario y de esta manera no se puede reactivar esencialmente el consumo y, en segundo término, la confianza y la tranquilidad, que son los mayores incentivadores del consumo", justifico hace unos días la presidenta argentina.

Pero los incentivos al consumo parecen haber tenido un impacto limitado, sobre todo porque lo anunciado ha tardado en ponerse en marcha, el acceso a los planes es burocrático, los productos ofrecidos en canje no estaban disponibles o el consumidor interesado no cumplía con los requisitos marcados.

Como ejemplo, el plan cambio de automóviles fue el primero en ser lanzado y 20.000 interesados reservaron sus unidades, pero el primer vehículo vendido con este mecanismo fue entregado tan sólo el lunes pasado.

Entretanto, las ventas de las fábricas de automóviles a los concesionarios en Argentina registraron en febrero una caída interanual del 30,2 por ciento.

"Los planes aquí no tienen la flexibilidad que presentan en los países desarrollados. EEUU saca un plan y una semana después ya lo está usando todo el mundo porque los requisitos son sencillos", apunta Tigani.

El economista también señaló que el resultado de estas políticas tienen "un efecto menor" porque el gobierno argentino y las entidades financieras no trabajan en forma coordinada.

Además, sostuvo que los bancos tienen "muy poca gimnasia" para atender a la gente que quiere obtener créditos en el marco de estos planes y piden a los interesados "demasiados requisitos", lo que finalmente desalienta a los interesados.

"El sistema financiero deja mucho que desear: los bancos están sentados sobre una enorme cantidad de depósitos y no prestan si no es a la gente que, por los requisitos, precisamente no necesita dinero", señaló.

El índice de confianza del consumidor que elabora la Universidad Di Tella, de Buenos Aires, registró en febrero una caída interanual del 28,3 por ciento y un retroceso del 4,2 por ciento frente al mes anterior, con un mayor pesimismo entre los consumidores de mayores recursos.

Según economistas privados consultados mensualmente por el Banco Central argentino, el consumo total crecerá este año apenas un 2 por ciento, frente a una expansión del 7,3 por ciento en 2008.

Para Tigani, la desaceleración del consumo "es importante", pero se produce desde un "umbral muy alto" y es "mucho menor" a la que viven otros países, como Estados Unidos.