Mantega explicó que, además de esos 4.500 millones de dólares ya aprobados, Brasil puede aportar otros 10.000 millones de dólares al FMI, en el marco de los acuerdos alcanzados durante la reciente Cumbre del Grupo de los Veinte (G20), celebrada en Londres, aunque aclaró que eso todavía está en estudio.
"Estamos entrando en el club de acreedores del FMI", declaró el ministro, quien añadió que eso "demuestra la solidez de la economía brasileña".
Mantega explicó que Brasil fue "invitado" por el FMI a formar parte del grupo de 87 países que financian a la institución, lo que, en su opinión, es "un reconocimiento" de que la economía del país está en el rumbo correcto.
El dinero, según el ministro, será utilizado para financiar a países en desarrollo que en este momento enfrentan serios problemas de crédito debido a la crisis internacional.
En compensación, Brasil recibirá títulos del FMI conocidos como Derechos Especiales de Retiros, que pueden ser negociados en los mercados internacionales o contabilizados en las reservas del país, que se sitúan actualmente en 201.000 millones de dólares.
Brasil estuvo durante décadas entre los deudores del FMI, pero saldó todas sus cuentas con la institución hace dos años y desde entonces no ha recibido un sólo préstamo del organismo.
La semana pasada, tras la reunión del G20 en Londres, el jefe de Estado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció la disposición del país de participar en los planes para revitalizar al FMI y hasta hizo algunas bromas al respecto.
"¿Ustedes no creen que es muy 'chic' que Brasil le preste dinero al FMI?", dijo Lula a periodistas.
Recordó incluso que, como activista de izquierdas, pasó "buena parte de la juventud cargando carteles que decían 'Fuera FMI' por las calles de Sao Paulo" y bromeó con el hecho de que ahora, como presidente, ha decidido "prestarle unos reales" al organismo.