Ni Casado, Ni Rivera, ni Pablo... la mayor oposición a Sánchez son el FMI y Bruselas

telecinco.es 21/11/2018 20:30

La oposición a Sánchez no se la están haciendo a día de hoy Casado., Rivera o Iglesias... sino los organismos europeos. Y a ellos es a los que más escucha Sánchez, que sabe de la necesidad de un presupuesto creíble. Con Europa no valen los fuegos de artificio que se emplean en casa.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) recorta su pronóstico de crecimiento para este año al 2,5%, frente al 2,7% que contemplaba en octubre, mientras que ha revisado al alza sus proyecciones de déficit y deuda pública. Todo un varapalo para el Gobierno que también ha recibido un tirón de orejas de Bruselas que considera que el plan presupuestario para 2019 corre el riesgo de incumplir con las reglas fiscales europeas.

No solo eso. El mensaje es que no se creen los números. De hecho, el Gobierno defiende que sus cuentas incluyen un esfuerzo estructural del 0,4%, pero los servicios comunitarios lo reducen a cero, así rotundo, porque considera que el Estado ingresará menos de lo que prevén las autoridades españolas, así como que el gasto será mayor. Todo ello valorando el ritmo de la economía española y la relación que califican de transparente con el ejecutivo.

No se creen los ingresos

La Comisión Europea remarca que el déficit público cerrará este año en el 2,7% y el próximo en el 2,1%. Bruselas también reduce levemente la recaudación que espera el Ejecutivo por la subida del salario mínimo interprofesional y los efectos de las nuevas medidas de lucha contra el fraude. A Bruselas no le ha gustado que los ingresos estén por debajo de lo previsto por el Gobierno de los nuevos impuestos: el gravamen a las transacciones financieras y el impuesto a las multinacionales digitales.

El FMI es igual de duro y da al Gobierno donde más duele. Recuerda que las reformas estructurales en los tiempos de crisis (de Rajoy) dieron sus frutos, pero que sus efecto se diluyen. De este modo, la institución anticipa una moderación del crecimiento en 2018 mayor de lo previsto el pasado mes de octubre, reduciendo el ritmo de expansión al 2,5%, dos décimas menos de lo previsto anteriormente, mientras que ha confirmado su pronóstico del 2,2% para 2019 y pronostica una desaceleración de la actividad al 1,8% un año después, convergiendo en el medio plazo con su tasa potencial del 1,75%.

En cuanto a la situación de las cuentas públicas, el FMI ha empeorado sus pronósticos sobre la evolución del déficit, que ahora prevé que alcance el 2,8% del PIB en 2018 y el 2,4% en 2019 en caso de que España deba prorrogar los presupuestos de este año, en ambos casos una décima por encima del nivel anticipado en octubre, mientras que en 2020 seguirá registrando un desequilibrio negativo del 2,4% del PIB.

"Es necesario adoptar medidas sólidas"

"La extensión del presupuesto de 2018 o un escenario sin cambios de políticas no permitiría alcanzar los objetivos de déficit", advierte el FMI. Asimismo, la institución internacional ha revisado ligeramente al alza sus proyecciones de deuda pública para España, hasta el 97,3% del PIB este año y el 96% el siguiente, con una previsión del 94,8% del PIB para 2020. "Estas proyecciones reflejan un menor apoyo del entorno exterior y el debilitamiento de la demanda doméstica", ha indicado Andrea Schaechter, jefa de la misión del FMI en España.

En este contexto, el directorio del FMI recomienda a las autoridades españolas adoptar un paquete de medidas sólidas y un plan de acciones de contingencia en caso de registrarse potenciales insuficiencias fiscales. No descarta en ellas las subidas de impuestos, como los medioambientales. También ha alertado de la necesidad de hacer una reforma de pensiones de forma transparente y exhaustiva para salvaguardar su viabilidad. El FMI cree que Rajoy lo intentó pero los ciudadanos no lo aceptaron.

El FMI ha pedido al Gobierno "preservar el impulso de las anteriores reformas laborales", alentando a las autoridades a abordar la dualidad del mercado de trabajo, reforzar las políticas activas de empleo y mejorar los incentivos para una mayor movilidad laboral entre regiones, así como garantizar la flexibilidad salarial, subrayando que el aumento de los sueldos debería alinearse con el aumento de la productividad.