Así lo señala en una proposición no de ley registrada para su debate en la Comisión de Agricultura del Congreso y que recoge Europa Press. En su texto, los nacionalistas catalanes afirman que el Delta del Ebro y su economía están "amenazados" por la "invasión" hace unos cinco años del caracol manzana, una de las especies "más perniciosas del planeta" ya que es "extremadamente voraz y prolífica".
No en balde, un solo ejemplar de estos gasterópodos es capaz de devorar en un día un metro cuadrado de arrozal y de depositar cada vez entre 800 y 2.000 huevos, que en tres meses estarán a su vez dispuestos para extender la especie, lo que ha hecho posible que en apenas un lustro se haya pasado de 8 a más de 7.000 hectáreas afectadas en los humedales de la desembocadura del Ebro.
"La situación es preocupante", insisten desde CiU, recordando además que la propia Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó un informe alertando de "la posibilidad de propagación de este caracol a los humedales del sur de Francia, Italia, Grecia y los Balcanes, hasta la frontera con el Danubio, con el riesgo masivo que implicaría para el agua fresca y los hábitats de alto valor ecológico de esas zonas".
PREOCUPACIÓN EUROPEA
Por eso, la formación considera "prioritario" insistir ante las instituciones comunitarias en que esta "plaga" podría extenderse por todos los estados miembros. "Pensar que es un problema localizado en el Delta del Ebro constituye un grave error. Esto debería constituir una preocupación de ámbito europeo", defiende.
En estas circunstancias, los nacionalistas catalanes creen que hace falta que todas las administraciones implicadas a todos los niveles se esfuercen "al máximo" y trabajen "de manera conjunta y efectiva" para "alcanzar un control total" de esta especie, originaria del Amazonas, cuya eliminación total es "prácticamente imposible" según los expertos.
Así, CiU quiere que el Gobierno central reclame a Bruselas una "mayor implicación" en la lucha contra la plaga del caracol manzana, "reconociendo que se trata de un problema de ámbito europeo y no exclusivo del Delta del Ebro, y favoreciendo así una actuación más concentrada y efectiva entre todas las administraciones responsables".
Algo que debería traducirse en un "incremento de los recursos de la UE" destinados a "investigar nuevas técnicas que permitan erradicar la plaga en los arrozales y en el río Ebro evitando a su vez consecuencias negativas para los productores de arroz y para el entorno natural".