Según informa este organismo, de los productos no alimenticios notificados, uno fue detectado en frontera y se rechazó su importación, mientras que otros 31 fueron retirados del mercado y prohibida su comercialización.
En los otros siete, fue el propio fabricante quien, como obliga la normativa, comunicó a las autoridades de consumo la existencia de posibles riesgos en sus productos y adoptó las medidas necesarias para paliarlos.
Los riesgos que plantean son consecuencia de las irregularidades que se les ha detectado. Un total de 19 eran de China, 8 de un país no identificado, cinco fabricados en España, dos en Tailandia y el resto, de Alemania, Estados Unidos, Francia, Japón y Reino Unido.