El FMI cambia de tercio y alerta de los riesgos del estímulo fiscal

AGENCIA EFE 23/04/2009 17:36

"Creemos que para algunos países simplemente aumentar el gasto hoy o bajar los impuestos sin hacer nada respecto al medio plazo se está convirtiendo en algo peligroso", dijo a Efe Olivier Blanchard, el economista jefe del FMI.

El organismo aún recomienda que las naciones que se lo pueden permitir, como Alemania, potencien el estímulo fiscal, pero para otras la aprobación de nuevas medidas puede traer muchas complicaciones.

El peligro lo han dejado claro los mercados, al hacer saltar las primas de riesgo de la deuda de Irlanda, Austria, Italia, Reino Unido y España.

"En algunos países las primas han subido mucho realmente", alertó hoy el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn.

Lo que temen los inversores son las obligaciones que esos gobiernos podrían asumir para rescatar a sus sectores financieros y para revivir la economía.

Los expertos del FMI "se asustaron por la reacción de los mercados", dijo a Efe un miembro del Consejo Ejecutivo de la entidad, quien pidió no ser identificado.

El aumento de las primas encarece la deuda en un momento en que todos los países avanzados registran déficit muy voluminosos.

Hace unos meses se llegó a especular sobre las consecuencias de la hipotética incapacidad de pagar por parte de un país europeo y la posible ruptura de la zona euro.

Esos temores han remitido, pero fueron una señal de alarma que no pasó desapercibida en el Fondo.

La recesión y los programas de estímulo han deteriorado rápidamente las finanzas públicas incluso en países que habían acumulado colchones de reservas.

Un ejemplo es España, que registró superávit de más del dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2006 y 2007, pero que para este año y el siguiente el FMI prevé déficit del 7,5 por ciento.

Esos balances negativos harán que la deuda pase del 38,6 por ciento del PIB en el 2008 al 48,6 por ciento este año y al 53,6 por ciento en el 2010, según sus cálculos.

Por ello, pese a que la economía del país se contraerá un tres por ciento este año, el Fondo aconseja al Gobierno que no tome más medidas de estímulo y que acometa reformas para corregir una trayectoria fiscal que considera insostenible por el envejecimiento de la población.

"No es que hayamos cambiado de opinión, sino que los países han hecho lo que era relativamente seguro y ahora estamos llegando al punto en el que es importante garantizar que las medidas que se tomen no pongan en peligro el medio plazo", dijo Blanchard.

El Fondo insiste ahora en que las naciones avanzadas presenten planes detallados de cómo volverán a la rectitud fiscal en ese medio plazo que mencionó Blanchard.

Es una advertencia que permea los análisis que el Fondo divulgó esta semana, los cuales servirán como base de debate para la asamblea semestral del organismo y el Banco Mundial, que tendrá lugar este fin de semana.

Estuvo ausente, en cambio, en la anterior asamblea, celebrada en octubre, semanas después de la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers, que llevó el sistema financiero al borde del colapso, según ha admitido el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.

La entidad estaba inmersa en un debate interno entre los que mantenían que la crisis era tan grave que había que dejar de lado la preocupación tradicional con el déficit y aconsejar a los gobiernos más estímulo, y a los que los números rojos de las cuentas públicas les provocaban escalofríos.

Lehman Brothers dio la voz cantante a los primeros.

"En noviembre el mensaje era muy agresivo. El Fondo pedía un estímulo fiscal del dos por ciento a todo el mundo" para 2009 y 2010, dijo el miembro del Consejo Ejecutivo.

Esa fue la recomendación que el Fondo llevó a la primera cumbre presidencial del G-20, celebrada en Washington ese mes.

"Entonces probablemente hacía falta la llamada de atención, para que los países fueran conscientes de la gravedad de la crisis", añadió el miembro del Consejo.

Ese consejo sorprendió a algunos gobiernos, dado que el FMI se ha perfilado durante décadas como el baluarte de la ortodoxia fiscal. El organismo vuelve ahora a su carril.