La ciudad futura será compacta como Barcelona y no extensa como las de EEUU

AGENCIA EFE 04/07/2010 10:08

Ratti, director del Senseable City Laboratory, del Massachusetts of Technology (MIT), un organismo especializado entre otros asuntos en el diseño de programas de movilidad urbana, afirma en una entrevista con Efe que "estamos en un momento muy interesante para el urbanismo, parecido a los años 20 del siglo pasado, cuando Le Corbusier afirmó que la condición de la máquina necesitaba encontrar una expresión arquitectónica".

Este experto en redes, que ha participado en la V edición del Barcelona Tech Summer Sessions -organizado por la Fundación b-TEC-, cree que la tecnología digital ha cambiado la manera de vivir, "de cómo conectarnos, de cómo obtener información, y que todo ello tiene que encontrar un expresión urbanística en la manera de entender las ciudades".

Ratti asegura que gracias a esas nuevas tecnologías las urbes cambiarán "muchísimo", aunque no en lo físico.

"El plano horizontal se mantendrá, los espacios no variarán pero serán más interactivos; se modificarán por el contrario las cosas que vamos a hacer en estas ciudades gracias a la conectividad", afirma el arquitecto italiano, que indica que la eficacia energética y la movilidad serán los principales logros.

En este sentido, señala que la "densificación" de las urbes europeas, especialmente las mediterráneas, facilitan esa eficacia.

"Por ello, las ciudades del futuro serán más parecidas a Barcelona que, por ejemplo, a Phoenix u otras capitales muy extensas de EEUU. Las europeas, las españolas, en concreto, pueden ser un laboratorio muy importante del urbanismo que viene", añade.

En cualquier caso, Ratti, cuyo equipo ha hecho aportaciones para ciudades como Zaragoza, Copenhague, Singapur o Florencia, recalca que no hay una solución única para afrontar el urbanismo. "No hay una panacea que sirva para todos, hay que tener en cuenta las particularidades de cada una", subraya.

El Senseable City Laboratory del MIT, que además de su sede en Massachusetts tiene otro centro de trabajo en Singapur, es un grupo de investigación formado por unas 40 personas que colabora con grandes empresas (General Electric, Wolkswagen...) y ciudades para analizar la aplicación de la tecnología en la mejora de la movilidad urbana y la interacción de los ciudadanos con la arquitectura.

Ratti explica que actualmente es posible describir los movimientos de las personas en el interior de las ciudades en tiempo real, y gracias a un procesamiento de esta información ofrecer una respuesta que la haga funcionar mejor.

La EyeStop, la parada de bus inteligente alimentada por energía fotovoltaica diseñada para Florencia y que ofrece a los usuarios la posibilidad planificar su itinerario en un mapa interactivo, la aplicación para iPhone que permite calcular las emisiones de CO2 o la bicicleta Copenhague, capaz de moverse por sí sola aprovechando la energía cinética de la frenada, son algunos de los trabajos desarrollados por el Senseable City Lab.

Esta bici, que fue un encargo del ayuntamiento de la capital danesa y que saldrá a la venta el año que viene a unos 500 euros, aprovecha la energía de la frenada y la acumula para ayuda a la pedalada y utiliza además una tecnología parecida a la KERS (Kinetic Energy Recovery System), usada habitualmente en la Fórmula 1.

El destino de los residuos que se generan en las ciudades es otra de las preocupaciones del Senseable, que realizó un seguimiento de los mismos por medio de unas microetiquetas en un programa llevado a cabo en la ciudad de Seattle.

"Con este seguimiento de los residuos, desde una maleta a los resto de un ordenador, se puede controlar dónde va lo que tiramos, dónde terminan las cosas que arrojamos a la basura, muchas veces en países del Tercer Mundo", explica Ratti.

Los resultados de este estudio de las "basuras viajeras" fueron sorprendentes por lo inesperado de los destinos y los recorridos que siguieron, como por ejemplo el de un cartucho de tinta usado que llegó desde la costa norte del Pacífico a la Baja California pasando por Chicago.

"Esto es una muestra de que todavía hay mucho camino que recorrer en el tratamiento que se dan a los residuos y cómo optimizar los recursos", concluye Ratti.