Para Gestha, la "politización" de la Agencia Tributaria se logra, en parte, gracias a las adhesiones de las 540 personas que ocupan puestos de jefatura y que son libremente designadas y cesadas por el director de la Agencia Tributaria.
"Estas personas, que toman las decisiones últimas, perciben grandes sumas por productividad, lo que hace dudar de su objetividad y transparencia en este proceso decisorio", denuncia Gestha, que añade que en la parte más alta del escalafón algunos inspectores pueden percibir un salario anual que supera los 112.000 euros, con una retribución variable de cerca de 35.000 euros al año.
De esta forma, asegura que la retribución variable representa entre el 41% y el 44% de las remuneraciones fijas de los delegados de la Agencia Tributaria, alcanzando el 50% para jefes adjuntos y asesores en Servicios Centrales y en la Delegación Central de Grandes Contribuyentes.
Para el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, "curiosamente" son en esas dos áreas donde se han concentrado casos con gran repercusión mediática, como las "filtraciones" de las deudas de famosos artistas y deportistas, el informe admitiendo la deducibilidad de facturas falsas en Aizoon, la negativa de la directora de Oficina Nacional de Investigación del Fraude (Onif) a emitir un informe al juez Pablo Ruz y la filtración previa al asesor de Cristóbal Montoro, hermano del director de la Agencia Tributaria, para confeccionar una "singular reinterpretación" del informe.
El porcentaje de retribución variable baja paulatinamente conforme se desciende en el escalafón administrativo, llegando al 30% en los cuatro últimos puestos de inspectores, lo que, según Gestha, pueden sentirse más independientes de la Dirección porque ocupan sus puestos tras superar un concurso de méritos.
Los técnicos de Hacienda señalan que la retribución por productividad llega también a los demás 24.000 empleados de la Agencia Tributaria, aunque en unos importes "muy inferiores" a los del último escalón de los inspectores, lo cual no representa un obstáculo para la independencia de los mismos.
MOVILIZACIONES DE GESTHA.
Por último, Gestha denuncia "la consolidación de esta política clientelar" de la Agencia Tributaria, que conlleva el aumento de 39 millones de euros en el presupuesto de la partida de retribuciones al pago del incentivo de productividad. Así, el importe anual del complemento de productividad ha pasado de 111 millones en 2013 a 134 millones de euros en 2014, según datos de la ejecución presupuestaria, y se estima que alcanzarán unos 150 millones en 2015.
"Esta práctica no se ha interrumpido ni siquiera con las medidas de austeridad impuestas desde 2010 a las Administraciones Públicas, de manera que la Agencia Tributaria ha venido concediendo complementos de productividad para sortear las restricciones de aumentos salariales para sus dirigentes", critica Gestha, que se movilizará este jueves y el próximo para exigir al Gobierno una reforma profunda del organismo que reparta las funciones decisorias entre un mayor número de técnicos.