GM y Chrysler ganan un último periodo de gracia tras el ultimátum de la Casa Blanca

AGENCIA EFE 31/03/2009 00:00

El plan fue presentado en la mañana del lunes por el presidente estadounidense, Barack Obama, quien expresó su descontento con la lenta reestructuración emprendida por los dos fabricantes y con sus ejecutivos.

Obama dijo que GM tendrá ahora 60 días y Chrysler 30 para "reestructurase fundamentalmente", de forma que Washington pueda invertir más dinero público en las dos compañías, que ya han recibido 17.400 millones de dólares desde diciembre.

El presidente estadounidense por primera vez se refirió a la posibilidad de que las empresas se declaren en bancarrota y dijo que esa opción, con el respaldo del Gobierno, podría permitir limpiar rápidamente "el camino de viejas deudas que les están hundiendo".

Washington considera que la situación de Chrysler, el tercer fabricante estadounidense, es más difícil que la de General Motors y dijo que su única posibilidad de supervivencia es una alianza con Fiat.

Poco después del discurso de Obama, Chrysler anunció que llegó a un acuerdo marco con Fiat para formar una alianza global que le permitirá acceder a tecnología y modelos desarrollados por la empresa italiana.

El presidente de Chrysler, Bob Nardelli, dijo a través de un comunicado que "Chrysler, Fiat y Cerberus han alcanzado un acuerdo sobre el marco de la alianza global, apoyado por el Departamento del Tesoro".

De forma significativa, la declaración de Nardelli no menciona a la alemana Daimler, que posee el 19,1 por ciento de las acciones de Chrysler. El 80,1 por ciento restante está en manos del fondo de inversiones estadounidense Cerberus.

El acuerdo final entre Chrysler y Fiat abre la puerta para que la empresa reciba dentro de 30 días hasta 6.000 millones de dólares más del erario público para completar su transformación.

General Motors también reaccionó a las exigencias de Washington.

Antes del discurso de Obama, el presidente y consejero delegado de GM, Rick Wagoner, anunció su inmediata dimensión a petición del Grupo Presidencial del Automóvil encargado por la Casa Blanca de reestructurar el sector.

Wagoner será sustituido por Fritz Henderson, hasta ahora director de operaciones mundiales de General Motors.

Durante su discurso, Obama dijo que la salida de Wagoner es "un reconocimiento de que se necesitará una nueva visión y una nueva dirección para crear el GM del futuro".

General Motors también se refirió a las palabras de Obama sobre la declaración de bancarrota, una posibilidad que hasta ahora la empresa había rechazado de forma rotunda, y que ahora reconoce podría adoptar.

"Nuestra primera preferencia es completar esta reestructuración fuera de los tribunales (sin declarar la bancarrota). Sin embargo, GM tomará cualquier medida necesaria para reestructurar con éxito la compañía, lo que podría incluir un proceso supervisado por los tribunales" afirmo el fabricante.

Las primeras reacciones a los anuncios del día han sido mezcladas.

Los inversores en Wall Street acogieron las noticias de la salida de Wagoner y el endurecimiento de las condiciones de Washington de forma negativa.

General Motors terminó la jornada con una pérdida del 21,27 por ciento de su valor y cotizando a 2,85 dólares.

Por su parte, Ford (que no ha recibido dinero público y no está sujeto a las condiciones de Washington), concluyó el día con una pérdida de sólo el 2,82 por ciento para cotizar a 2,76 dólares por título.

El líder de la mayoría del Senado de EE.UU., Harry Reid, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, alabaron hoy el plan de estabilización de la automoción.

"No le daremos a estas empresas un cheque en blanco. Así como hemos venido diciendo desde que comenzó la crisis, si no presentan planes para mantenerse viables a largo plazo, perderán nuestro apoyo", manifestó Reid en un comunicado.