La Casa Blanca dijo que el pasado 30 de marzo, Obama ordenó la aceleración de la compra de los vehículos "para aumentar la demanda para las compañías estadounidenses durante estos momentos de dificultades económicas".
La fecha del 1 de junio coincide con la fecha límite dada por el propio Obama a General Motors (GM) para que presente un plan de reestructuración más amplio y profundo que el entregado al Departamento del Tesoro el pasado 17 de febrero.
Si para esa fecha no consigue asumir los compromisos para una reestructuración aceptable por el Gobierno, GM tendrá que declararse en suspensión de pagos.
Chrysler tiene como plazo para presentar su nuevo plan de reestructuración hasta el 1 de mayo.
Precisamente hoy, la cadena de televisión CNBC dijo que General Motors está preparando una nueva oferta a los tenedores de bonos que empeorará las condiciones ya ofrecidas para cancelar una parte sustancial de su deuda.
La empresa arrastra en la actualidad 28.000 millones de dólares en deuda no asegurada.
A principios de semana, Ford dijo que completó la reestructuración de su deuda y la redujo en 9.900 millones de dólares al ofrecer 2.400 millones de dólares en efectivo y 468 millones de acciones a los tenedores de bonos.
La operación permitirá que esta automotriz reduzca los pagos anuales de intereses en 500 millones de dólares.
A fecha del 31 de diciembre de 2008, Ford tenía una deuda de 25.800 millones de dólares.
CNBC dijo que la nueva oferta de GM a los tenedores de bonos no incluirá el pago de dinero y se limitará a ofrecer entre el 10 y el 20 por ciento de las acciones de la compañía.
La Casa Blanca dijo que la Administración General de Servicios (encargada de las adquisiciones del Gobierno estadounidense) destinará 285 millones de dólares de la Ley de Fondos para la Recuperación a la compra de 17.600 vehículos para la flota gubernamental.
El pedido incluirá 2.500 autos híbridos que serán encargados antes del 15 de abril, la mayor compra individual de vehículos híbridos realizada por el Gobierno estadounidense.
Obama señaló a través de un comunicado que está "comprometido al cien por ciento a un sector automotriz estadounidense fuerte" y que el Ejecutivo estará "junto a los trabajadores del automóvil y sus familias durante estos momentos difíciles".