Según informa Moody's Japan, esta decisión refleja que Sony se enfrenta a desafíos para mejorar y estabilizar su rentabilidad general y, en el corto plazo, lograr un perfil que considere coherente con una calificación de grado de inversión.
En concreto, apunta que la principal preocupación son los desafíos a los que se enfrentan los negocios de televisión y ordenadores, debido a la intensa competencia a nivel global, a los rápidos cambios en tecnología y a la obsolescencia de los productos.
En esta línea, espera que la rentabilidad de Sony siga siendo "débil y volátil", ya que la mayoría de sus negocios de productos de consumo electrónico, como televisiones, telefonía, cámaras digitales y ordenadores personales, seguirá sufriendo una presión a la baja en sus beneficios por la "intensa competencia" y la contracción de la demanda.
Pese a ello, la agencia de calificación, que con esta rebaja concluye el proceso de revisión del rating iniciado el 1 de noviembre de 2013, también reconoce los avances realizados por Sony en su reestructuración y los beneficios derivados de la continuada rentabilidad en varias de sus áreas de negocio.