El objetivo es que los Gobiernos, sindicatos y patronales de cada país "actúen juntos" y avancen hacia resultados "concretos" que permitan un mercado laboral "abierto, dinámico y móvil", a través de programas específicos para los próximos tres años y sobre los que tendrían que rendir cuentas anualmente a nivel europeo. También prevén una evaluación al final del periodo para examinar los resultados.
Aunque el diseño de las políticas de empleo es algo que compete a cada Estado miembro, con esta iniciativa los actores sociales europeos confían en que los países tomen ejemplo de las mejores prácticas que han dado resultados en alguno de sus vecinos europeos.
También apoyan el fondo de 6.000 millones y la llamada 'garantía juvenil' que proyecta la UE para fomentar el empleo de los jóvenes, aunque evitan señalar cuáles deberían ser las medidas prioritarias.
"No nos corresponde decir a un país u otro cómo deben usar el dinero, deben definirlo a nivel nacional en el marco del diálogo social", ha dicho en una rueda de prensa la secretaria general del CES, Bernardette Ségol. En la misma línea se ha pronunciado el director general de BUSINESSEUROPE, Markus J.Beyrer, quien, sin embargo, sí ha pedido a los Estados que centren la inversión "en las regiones que más lo necesitan".
Ségol y Beyrer han coincidido también en la necesidad de revisar el sistema educativo para asegurar una formación de mayor calidad y que tenga en cuenta las demandas del mercado. No obstante, mientras que el representante de la patronal europea pedía "perfiles que sean empleables", la voz de los sindicatos europeos ha advertido de que de los jóvenes "no son una variable más" y, por tanto, su vocación "no es algo que se deba sacrificar".
Ante la necesidad de reformar el mercado laboral y la idea de flexibilizarlo, las posiciones de patronal y sindicatos europeos divergen y desde la Confederación Europea de Sindicatos se insta a cuidar la "calidad" de las ofertas de empleo y huir de la "explotación" de los jóvenes.
Además alerta de que las medidas para favorecer la contratación de quienes comienzan una vida laboral no debe pasar por "poner en la calle a los mayores de 50 años". "No habrá una solución para el empleo de los jóvenes si no hay una solución al desempleo general", ha asegurado Ségol.
Por su parte, el director general de BUSINESSEUROPE asegura que su apuesta por la "flexibilidad" del mercado laboral no es sinónimo de "precariedad". "Decimos claramente no a la precariedad, pero al mismo tiempo decimos que la flexibilidad es parte de al solución, es necesaria. No es una contradicción".
En este sentido, Beyer ha insistido en que la "rigidez" del mercado laboral está ligado a altas tasas de desempleo y ha puesto como ejemplo a países como España en donde, a su juicio, los contratos de larga duración han sido una traba.
Bernardette Ségol, sin embargo, ha retomado el ejemplo de España para afirmar que flexibilizar el mercado "para facilitar la contratación y despido y nada más" no ha dado resultados positivos, porque no ha reducido las cifras de paro.