Los robo advisor: qué son y cómo pueden ayudarte a invertir

  • El concepto de robo advisor apareció con la crisis financiera de 2008 y tiene que ver con el asesoramiento financiero automatizado: descubre en qué consiste

Desde hace algunos años existe un nuevo concepto dentro del mundo de la inversión financiera: el de robo-advisor o robo advisor. Se trata de un nuevo tipo de empresa que realiza las actividades de asesoramiento y gestión de carteras de forma automatizada, valiéndose de algoritmos programados internamente y teniendo en cuenta las circunstancias personales de cada inversor a la hora de ofrecerle determinados productos. Normalmente se trata de startups que, a través de estos procesos automatizados, pretenden comerle terreno a las grandes empresas de inversión y ofrecer servicios de asesoramiento financiero más baratos, innovadores y atractivos para el inversor medio. ¿Cómo funciona exactamente una empresa robo advisor? ¿Qué ventajas supone?

Qué es robo advisor: inversión basada en algoritmos

Las empresas robo advisor forman parte de las Fintech o Financial Technology (en español, Tecnología Financiera), que se refiere a empresas financieras en las que se aplican las nuevas tecnologías a este tipo de actividad. Así, hablaríamos de negocios donde se utilizan nuevos procesos, productos o modelos de negocio, puestos a disposición de público a través de Internet.

La innovación en este caso consiste en que las inversiones son seleccionadas utilizando una serie de algoritmos que, en función de las respuestas que de el propio inversor, le colocarán en un nivel de riesgo determinado. Los algoritmos, claro está, no funcionan solos: son diseñados por la empresa, que es la que marca la estrategia y los instrumentos que nutrirán la plataforma de robo advisor. Así, lo habitual es que existan distintas carteras de inversión ajustadas a distintos perfiles de riesgo.

El resultado es que, cuando un cliente rellene un test de idoneidad, el sistema le pondrá en bandeja una serie de productos financieros acordes con sus necesidades, así como la proporción en que debería contratarlos. Se le puede asignar de forma automática, en definitiva, la cartera que más encaje con su perfil.

En cuanto a la diversificación de las carteras de estos fondos, pueden seguir la estrategia de replicar el mercado en general (es decir, atendiendo al computo de todos los índices bursátiles globales), o bien centrarse en un índice concreto o el conjunto de varios índices europeos, por ejemplo. Del mismo modo, la diversificación de la cartera dependerá del nivel de riesgo: los perfiles más dispuestos a asumir riesgo y volatilidad se moverán más en el terreno de la renta variable que los que resulten menos tolerantes al riesgo, donde abundará la renta fija.

Ventajas de las robo advisor

En general, se considera que la tecnología robo advisor supone grandes ventajas para el inversor medio, dado que es capaz de diversificar mundialmente las carteras en miles de posiciones y de automatizar los ajustes de todas ellas. Otra gran ventaja son las bajas comisiones que cobran con respecto a otras empresas de inversión, así como unos importes de inversión mínima inferiores.

Por otro lado, el cliente se beneficia de la comodidad de un instrumento de inversión pasiva, lo que significa que no tendrá que estar pendiente de rebalancear su cartera en ningún momento ni comprar ni vender acciones.

A nivel normativo, todas las FinTech especializadas en el asesoramiento o gestión de productos de inversión deben de estar aprobadas, registradas y reguladas por el regulador correspondiente para poder ejercer sus servicios y asegurar que cumplen la normativa vigente. En nuestro país, esta función la cumple la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Curiosamente, las primeras empresas en trabajar con robo advisors surgieron en 2008, en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria. Wealthfront fue la primera en obtener permiso del regulador estadounidense (SEC) en noviembre de aquel año. En el caso de España, tal y como recuerda Wikipedia, su aparición llegó en 2014, momento en que la CNMV aprobó Feelcapital como Empresa de Asesoramiento Financiero (EAF). Existen otras aprobadas en España, como Indexa (2015), Finizens (2016), Finanbest (2017), Inbestme (2017), Micappital (2017) y Finletic (2017).