El cambio climático es cada vez más evidente: lo estamos viendo en los fenómenos adversos o catástrofes naturales, cada vez más frecuentes y devastadores. El deshielo, los incendios, la asfixia de los océanos. Es la reacción del planeta a una acción, la humana. Nuestro planeta se está calentando a pasos agigantados.
Sus efectos son irreversibles y nos afectan a todos; especialmente a la fauna. Muestra de ellos son las más de 250 ballenas varadas en aguas poco profundas en Australia. Al menos, 25 de ellas han muerto antes de que llegasen los rescatistas.
Estas 250 ballenas se encuentran en una remota bahía de la isla de Tasmania, en el sur de Australia; los rescatistas ultiman los detalles de un plan para tratar de salvarlas.
El ministerio de Medioambiente del Estado de Tasmania indicó que los cetáceos quedaron bloqueados en un banco de arena en Macquarie Harbour. Se trata de una bahía cerrada en la costa oeste de la isla, a la cual se ingresa por un estrecho pasaje.
Todavía no se ha confirmado qué clase de ballenas son, aunque por su apariencia se trataría de ballenas piloto. La comunidad científica ha barajado la posibilidad de que las ballenas acudan al litoral atraídas por los sonares de grandes buques o guiadas por un cabeza de grupo desorientado a raíz de sufrir una enfermedad.