El general Raúl Castro canta el triunfo en la OEA mientras reduce alimentos y energía

AGENCIA EFE 09/06/2009 15:08

Se rebajaron las cuotas mensuales de granos y sal entregadas con la cartilla, oficialmente llamada "de abastecimiento", anuncian carteles en bodegas.

La entrega de frijoles colorados y chícharos por persona se redujo de 30 a 20 onzas (de unos 900 a 600 gramos), explicó a Efe el dependiente de una bodega.

En el caso de la sal, que se distribuía a razón de un kilo por persona cada cuatro meses, ahora será la mitad.

Es una de las "medidas excepcionales" de reducción del consumo que anunció el Gobierno de Raúl Castro -que reemplazó a su hermano mayor Fidel hace 16 meses- para paliar el impacto de la crisis financiera internacional en la ya muy precaria economía de la isla.

Los medios de comunicación cubanos, todos estatales, alternan los llamamientos para no "derrochar" energía con cánticos triunfales por lo que llaman "derrota" de Washington en la Organización de Estados Americanos (OEA).

El Gobierno de La Habana oficializó este lunes su versión de la victoria "histórica" en la OEA y reiteró que no regresará a ese organismo, repitiendo argumentos de frecuentes artículos del ex presidente Fidel Castro sobre este asunto.

El aún primer secretario del gobernante Partido Comunista, al que su hermano menor llama "líder de la revolución", escribe de asuntos internacionales, por lo general citando a medios extranjeros a los que no tienen acceso sus compatriotas, y poco o nada sobre los recortes del consumo y otros asuntos nacionales

"Habrá restricciones en el consumo", aunque "no se va a quedar nadie desprotegido", dijo a fines de mayo el ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo.

Además, reconoció que el crecimiento económico del 6 por ciento que se planteó la isla para 2009 "no se va a lograr", y que ahora solo se espera un "2,4 ó 2,5 por ciento".

La cartilla "de abastecimiento" está vigente desde 1962 y por ella se entregan granos, azúcar, pollo, pescado, huevos, arroz, café, aceite, pastas, pan y otros productos -cuando los hay- a los 11,2 millones de habitantes de la isla.

Muchos cubanos dicen que lo suministrado con la cartilla a precios subsidiados no alcanza más allá de una o dos semanas por mes.

El general Castro ha lanzado una campaña de reformas para poner a producir el campo, en un país que ha mantenido ociosas la mitad de sus tierras cultivables al tiempo que importa más del 80 por ciento de los alimentos que consumen sus habitantes.

Desde la semana pasada hay un drástico plan para reducir el consumo eléctrico de las entidades y empresas estatales del único país comunista de América, que gastan más de la mitad de la energía de la isla y han sido acusadas -por el mismo Gobierno que las regenta- de ser las principales "derrochadoras".

Si no reducen sus gastos, se les corta el suministro eléctrico, como ya se hizo la semana anterior con cientos de empresas y dependencias oficiales en toda la isla.

Además, se anunció que ya hay planes con horarios de apagones generalizados, por si fuesen necesarios, aunque se tratarán de evitar.

El plan de "ahorro" no tiene límite de tiempo y paraliza al atardecer las entidades que no presten servicio público, limita el uso de aires acondicionados a cinco horas diarias y ordena apagar los refrigeradores dos horas cada 24, en un país donde los termómetros superan los 30 grados centígrados.

Además, se redujeron los servicios públicos de transporte, con disminución de horarios, rutas y frecuencias, mientras que en el sector comercial es evidente el desabastecimiento creciente.

Según fuentes oficiales, el Gobierno no tiene recursos para adquirir combustibles por encima de lo programado y, además, hay escasez de divisas y restricciones para acceder a créditos.

En los últimos meses Cuba ha sufrido la caída de los precios internacionales de algunos de sus mayores productos de exportación, como el níquel, así como la reducción de los ingresos por turismo y envíos de remesas de dinero, vitales fuentes de divisas.

En círculos diplomáticos de La Habana se discute si la isla está o no apunto de pasar de la falta de liquidez a la insolvencia.

La economía cubana empeoró en 2008 con tres huracanes que causaron pérdidas por 10.000 millones de dólares.

En los primeros meses de 2009 las importaciones cuadruplicaron a las exportaciones.