Así ha fallado la sección Decimoséptima de la Audiencia de Barcelona al desestimar el recurso de los cazadores contra la sentencia del Juzgado de Primera Instancia 3 de Vilafranca del Penedès que condenaba a pagar 300 euros al conductor y el resto a su aseguradora, según la sentencia.
Los demandantes reclamaban que los cazadores eran los titulares del coto de caza en el punto donde se produjo el suceso, por lo que les "correspondía realizar la conservación del terreno acotado, tomando todas las medidas necesarias para impedir y obstaculizar la posible salida del mismo de las piezas de caza".
La Sociedad se opuso a este argumento alegando que el conductor no fue con el cuidado y la atención requeridos para circular de noche, ya que "los destrozos materiales son elevados, lo que denota que la fuerza del impacto fue superior a la media".
En su recurso también habían defendido que la irrupción de jabalíes en las carreteras es un riesgo ordinario de circulación, lo que el magistrado de la Audiencia ha rechazado al considerar que se ha producido "una falta de diligencia en la conservación del terreno acotado".
El magistrado ha esgrimido que la demandada en ningún momento ha indicado que haya realizado nada para evitar la excesiva proliferación de jabalíes como "batidas extraordinarias o la solicitud de señalización de la presencia de estos animales".
Además, ha quedado acreditado que los jabalíes procedían del área privada de caza que explota la Sociedad de cazadores demandada y el juez ha subrayado que "un coto privado de caza supone la práctica d ¡e una actividad creadora de un riesgo", al que se ha de responder.