Ciudadanos rompe con Vox y PP en Melilla para gobernar en solitario

  • Eduardo de Castro cuenta con el respaldo nacional de su partido

El Salón Dorado de Melilla se presentaba lleno de invitados y diputados para la sesión de investidura, aunque sin la presencia de ningún representante del Partido Popular y Vox. Ni el presidente saliente, Juan José Imbroda, ha acudido al relevo.

"Podríamos haber cogido una vía fácil, acomodarnos, gobernar por inercia", decía en su discurso el nuevo mandatario, Eduardo de Castro. "Habría sido un largo camino de 4 años hacia el precipicio de la mano de la extrema derecha", concluía.

Así que la vicepresidenta ha entregado el toisón de oro y el bastón de mando al único diputado de Ciudadanos, que, sin embargo, consiguió aunar a la oposición para ser elegido alcalde-presidente. Promete dureza contra la corrupción, levantar las alfombras tras dos décadas de gobierno del PP.

Así se confirmaba la sorpresa, pues las apuestas iniciales apuntaban a una coalición PP-Ciudadanos-Vox, pero el diputado naranja presentó 'in extremis' su candidatura. Descolocado, el aspirante popular no encajó muy bien perder la plaza. PP y Vox, de hecho, han denunciado la elección por fraude de ley, nula por un presunto error formal, pero que no tiene visos de prosperar.

"Quiero pasar página. Cada uno elige y cada uno se muestra como lo que es", explicaba De Castro ante la ausencia y el comportamiento de los populares. El mandatario está tranquilo y cuenta con el respaldo de la dirección nacional de Ciudadanos. "Ellos (el PP) son los que no cumplieron porque el señor Imbroda no se apartó y Vox entraba en el Gobierno", que es lo que pedía su partido.

Se completa una de las pocas excepciones postelectorales al repetido pacto de centro-derecha. "Creo que ha hecho aquí un ejercicio de responsabilidad que se tendría que ver reflejado en otros parlamentos donde también se necesitan cambios y donde, lamentablemente, sigue el veto de Ciudadanos", reclamaba Reyes Maroto, la ministra de Industria, Comercio y Turismo en funciones, que espera, también, algo así para la investidura del Gobierno de España.