Son situaciones intolerables que cada vez se denuncian más. En 2012 se registraron casi 5.000 casos de agresiones de hijos a padres, cuatro veces más que en 2007, antes de que estallase la crisis. Una violencia verbal y física que no deja de aumentar sobre todo en clases medias y medias-altas. Aproximadamente dos de cada tres de estas denuncias son por agresiones y amenazas de hijos varones. Adolescentes con un rendimiento escolar bajo. En muchas ocasiones asociados a un consumo de alcohol y otras drogas. Pero hay más causas. Violencia en las aulas. En casa. Separaciones conflictivas.
Por eso es vital actuar desde un principio. Detectar el problema y mediar para restablecer la relación, asumiendo compromisos por ambas partes. Sin dudar a la hora de pedir ayuda a profesionales. Y, siempre que se pueda, evitar el juicio. La declaración de padres contra hijos. Un trauma para todos.