La derrota en Massachusetts amarga a Obama su primer aniversario de investidura

AGENCIA EFE 21/01/2010 00:00

Si hace un año la capital estadounidense estaba tomada por unos demócratas exultantes por la investidura del primer presidente negro, hoy quienes desbordaban alegría eran los republicanos, que esperan que el triunfo de su candidato al Senado Scott Brown sobre la demócrata Martha Coakley en Massachusetts marque el inicio de su recuperación política.

"El presidente tiene que tomarse esto como un mensaje para reevaluar cómo quiere gobernar, y si quiere gobernar desde el centro allí le encontraremos", declaró el líder republicano en el Senado, Mitch McConnnell.

Por su parte, Brown aseguró que su triunfo representa "un mensaje muy firme de que no vamos a seguir haciendo las cosas como hasta ahora".

La derrota en uno de los estados más progresistas del país -hace 37 años que Massachusetts no tenía un senador republicano-, y en un escaño que durante casi medio siglo ocupó el liberal Ted Kennedy representa un golpe personal para Obama, que hizo campaña en favor de Coakley, y un voto de censura a sus políticas.

El mandatario optó hoy por intentar mantenerse por encima de lo ocurrido. La pasada noche, según indicó la Casa Blanca, telefoneó a los dos contendientes en Massachusetts y felicitó a Brown.

El presidente, cuya popularidad ha caído en un año del 70 al 50 por ciento, no aludió en absoluto al triunfo republicano en una comparecencia en la Casa Blanca hoy para firmar una directiva contra la adjudicación de licitaciones federales a empresas que hayan evadido el pago de impuestos.

Más expansivo que su jefe se mostró el principal asesor político de la Casa Blanca, David Axelrod, quien en declaraciones a la cadena de televisión MSNBC reconoció que la derrota en Massachusetts contiene "mensajes" para los demócratas.

"Vamos a escuchar esos mensajes", prometió Axelrod, que agregó que "hay un sentido general de descontento con la economía. Y un sentido general de descontento con Washington".

Obama, aseguró su asesor, "reflexiona sobre lo que ha pasado y se plantea qué lecciones hay que sacar de esto y cómo avanzar".

Subrayó que, al cumplirse el primer aniversario de su mandato, el presidente "está tan decidido como hace un año a hacer que el sistema funcione para la gente normal y corriente, y a hacer que la economía funcione para la gente normal y corriente".

En un sentido similar se pronunció el portavoz de Obama, Robert Gibbs, quien indicó que "hay un gran nivel de enfado y de frustración acerca de la situación económica de la gente" y expresó su convencimiento de que cómo se resuelva ese problema será "lo que defina las próximas batallas políticas".

El voto en Massachusetts, en el que Brown se impuso con un 52 por ciento de los sufragios, puede interpretarse también como un varapalo a la reforma sanitaria que se negocia en el Congreso y que representa la principal prioridad legislativa de Obama. Esa reforma se ha ido haciendo cada vez más impopular entre los estadounidenses.

Los republicanos se oponen de modo tajante a esa medida, aprobada en la Cámara de Representantes y el Senado sólo con los votos demócratas.

La victoria de Brown les da a los republicanos el escaño que necesitaban para llegar a 41 asientos en el Senado y poder así bloquear la medida definitiva que resulte de la unificación de los proyectos de ley respectivos de ambas Cámaras, así como torpedear el debate y votación definitiva de cualquier otro proyecto de ley.

El poder de veto que acaban de adquirir los republicanos también puede complicar otros objetivos que Obama se había marcado para este año, como medidas contra el cambio climático, para la reforma del sistema regulador financiero o del sistema migratorio.

Pero la Casa Blanca ha prometido que, si bien es posible que cambie su estrategia, no renunciará a sus objetivos.

Según Axelrod, "vamos a tener que plantearnos este año próximo desde el punto de vista de la táctica, pero la sustancia de la misión no puede cambiar".