Marina fue el primer alcalde de la ciudad tras la restauración de la democracia y ostentó el cargo durante 23 años consecutivos en representación del PSC.
Durante su mandato, el Ayuntamiento fue dotando a la ciudad de diferentes equipamientos y servicios básicos, así como de infraestructuras de carácter supramunicipal como el Canal Olímpic y el Campus de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).
Marina también tuvo que lidiar con polémicas como la oposición vecinal al proyecto urbanístico de Ca n'Aimeric y las protestas por la actividad de los prostíbulos de la autovía C-31.
En 2002 dejó la alcaldía en manos de Antoni Padilla, también del PSC y pasó a trabajar en la actividad privada.
IMPUTADO EN 2013
En 2013, el juzgado número 8 de Gavà imputó a Marina por ocho delitos por un presunto caso de corrupción urbanística en el que también estaban imputados la exgerente de Castelldefels Projeccions, un exarquitecto municipal y un empresario.
En su declaración ante el juez, Marina defendió su inocencia de los delitos que se le imputaban y negó que hubiera beneficiado a un empresario para enriquecerse a través de actuaciones urbanísticas.