El presidente del Congreso adelantó esta semana que el homenaje a las víctimas del terrorismo mantendrá el mismo formato que ediciones anteriores y las víctimas no podrán tomar la palabra en el Pleno, como han reclamado varias asociaciones. Sin embargo, se mostró dispuesto a tener en cuenta sus propuestas para incluirlas en el discurso que él mismo pronunciará.
Este jueves, diversos colectivos de víctimas del terrorismo han explicado a Europa Press que no han recibido ningún ofrecimiento formal de Posada para escuchar sus propuestas y, por tanto, no se han planteado la posibilidad de remitírselas.
PLANTÓN DE LAS VÍCTIMAS
Varias asociaciones de víctimas del terrorismo, entre ellas la mayoritaria AVT, ya avanzaron su intención de 'plantar' un año más al Congreso en esa sesión solemne al no estar de acuerdo con el formato del acto, que no les permite hablar en el hemiciclo para denunciar la situación actual de la política antiterrorista y la presencia en las instituciones del que consideran el "brazo político" de ETA, en referencia a Amaiur.
"No acudiremos si ese día las protagonistas no son las víctimas y no tienen momento para hablar", explicó presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, también vicepresidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo.
Además de la AVT, tampoco se sumará a la llamada del Congreso la Fundación Gregorio Ordóñez, la asociación catalana de víctimas de organizaciones terroristas, Voces contra el Terrorismo o la Asociación de Víctimas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Por su parte, la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, remitió una carta a Posada y todos los miembros de la Mesa pidiéndoles poder intervenir en la Cámara el jueves de la próxima semana y está aún a la espera de una respuesta.
COINCIDIENDO CON LA PRIMERA VÍCTIMA DE ETA
Sí acudirán, sin embargo, otros colectivos de víctimas como Dignidad y Justicia o la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, presidida por Pilar Manjón.
El Congreso celebrará este homenaje por cuarto año consecutivo coincidiendo con el día de recuerdo a las víctimas del terrorismo, establecido el 27 de junio a través de una declaración institucional suscrita por todos los grupos parlamentarios. Esta fecha fue elegida porque coincide con el día en el que ETA, en 1960, asesinó a la bebé Begoña Urroz, considerada la primera víctima de la organización terrorista.