El recurrente mantenía que las afirmaciones vertidas por la mujer despedida de una empresa del grupo en la papeleta de conciliación y en la demanda posteriormente presentada eran falsas y habían producido un desprestigio profesional y un perjuicio en su "reputación y buen nombre". Por ello, atribuía a la demandada una supuesta intromisión ilegítima en su honor.
La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Juan Antonio Xiol Ríos, confirma la anterior sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid que desestimaba la pretensión del empresario.
La resolución afirma que la demandada no sobrepasó el ámbito de su libertad de expresión, que no se probó que las manifestaciones de la demandada fueran falsas, sino que no fueron probadas y que se hicieron en un contexto de defensa procesal y de conflictividad entre empresa y trabajadora, en el que no puede sostenerse que la demandada se excediera o actuara de modo desproporcionado.