La actividad humana podría ser la causa de muerte de decenas de delfines arrastrados a las playas de Galicia
Solo en el tramo costero que va desde Sanxenxo hasta A Illa, llegaron este domingo más de veinte ejemplares
Según el portavoz de la CEMMA, "bastantes de estas muertes se atribuyen a la actividad humana"
Encuentran varado entre las rocas el cadáver de una ballena aliblanca de ocho metros en Pontevedra
La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños, CEMMA, de la mano de Alfredo López, su cara más visible, despedía el 2023 con el aviso de una ballena de grandes dimensiones varada en la costa de Foz; y ha comenzado este 2024 adentrándose de nuevo en el mar, a pesar del temporal que azota la costa gallega, para tratar de recabar información sobre la muerte en extrañas circunstancias de numerosos delfines, que han sido arrastrados por las corrientes y el viento a diferentes playas de la Comunidad.
Solo en el tramo costero que va desde Sanxenxo hasta A Illa, llegaron este domingo más de veinte ejemplares, a los que se suman otros siete encontrados en O Grove, cinco más en Raeiros, uno en A Lanzada y uno más en Area do Pozo.
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Los primeros ejemplares, sin embargo, aparecieron ya el día 31 en el concello de Ribeira, A Coruña, y pronto esa cantidad se incrementó en veinte ejemplares más repartidos por todo ese tramo del litoral.
El portavoz de la CEMMA, Alfredo López, que no ha podido atender nuestra llamada por, precisamente, estar en la costa en “una recogida exhaustiva de datos”, explica en las páginas de una cabecera local que “aunque no está definido el porqué de esta mortandad tan elevada de esta clase de cetáceos, bastantes de estos casos se atribuyen a la actividad humana”.
Algunos ejemplares presentan marcas de capturas y colas cortadas
Los biólogos han podido observar que se trata de cadáveres de delfín común, una especie de cetáceo diferente al arroaz, más habitual este último en las costas gallegas, y que hay tanto ejemplares adultos como juveniles, algo que también tendrán en cuenta de cara a las conclusiones de la investigación iniciada.
Al parecer, los animales muertos fueron empujados por las corrientes y el viento hasta los arenales gallegos, y aunque no se han podido examinar todos los ejemplares localizados, López asegura que en algunos de ellos “se han encontrado colas cortadas y otras marcas de capturas”.
Los resultados finales de esta investigación de la CEMMA se podrán conocer cuando finalicen las necropsias llevadas a cabo en aquellos ejemplares cuyo estado han permitido su análisis.
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