La enérgica protesta de los demócratas al discurso de Trump en el Senado que reivindica sus políticas radicales

El Senado de Estados Unidos ha mostrado un panorama muy parecido al país: el abismo que separa al Gobierno republicano frente a la otra ala, demócrata. Con carteles en rechazo a los argumentos de Donald Trump, que presumió del éxito de sus 43 días de políticas radicales, los senadores demócratas han protestado alzando carteles en los que se leía 'Falso', 'Mentiras'. Una información en vídeo de las periodistas Dori Toribio y Sonia Losada.

El presidente de Estados Unidos fue presentado con toda fanfarria y a continuación presumió en la tribuna de sus primeros 43 días en la Casa Blanca, como el principio del comienzo de una nueva edad de oro estadounidense, que separa a otros millones que temen la destrucción del país que aman.

“Estados Unidos ha vuelto", ha clamado entre aplausos de los suyos. "Hace seis semanas, me puse en pie bajo la cúpula de este Capitolio y proclamé el amanecer de la edad de oro de Estados Unidos. Desde ese momento, no ha habido más que una acción rápida e implacable para marcar el comienzo de la era más grande y exitosa en la historia de nuestro país”, ha proclamado Trump en uno de los discursos más largos que se han escuchado en el Senado.

El presidente republicano ha sacado pecho prometiendo más: "Esto acaba de empezar", prometió. Algunas de las principales figuras del partido demócratas no acudieron a escucharlo. El representante de Texas, Al Green, no pudo contenerse e increpó a Trump, agitando su bastón e ignorando las peticiones de llamadas al orden.

Finalmente fue expulsado entre abucheos y gritos de la bancada republicana en una escena que ha dejado claro el ambiente tirante entre ambas fuerzas políticas.

Algunos demócratas mostraron pancartas en las que se leía la palabra “mentiroso” o “falso”, mientras que Trump criticaba la gestión económica del Gobierno de Biden y culpaba de las escasez de huevos a las malas políticas de los demócratas, sin mencionar la gripe aviar, la verdadera culpable.

Trump apeló al orgullo americano y a los momentos de la humanidad; en medio de su euforia se atrevió a nombrar a un niño de 13 años que sobrevivió a un cáncer cerebral, como agente del Servicio Secreto ante el asombro del menor que lo dijo todo con su cara de sorpresa.

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