Según la ONG, los ciudadanos de Taiz, que ha registrado algunos de los combates más feroces del conflicto, han sufrido regularmente los efectos de los bombardeos aéreos y de las explosiones de bombas y proyectiles, además de ser víctimas de minas terrestres y de francotiradores.
"El 3 de junio recibimos 122 heridos en nuestras instalaciones. La mayoría habían sido víctimas del impacto de un misil que alcanzó un concurrido mercado en Taiz", ha denunciado Salah Dongu'du, coordinador del proyecto de MSF en Taiz.
"A esto se añade que otras doce personas llegaron ya muertas, o con heridas tan graves que no pudimos hacer nada por ellos y murieron poco después. La gran mayoría eran civiles. Apenas 24 horas después, otras 135 personas llegaron heridas a causa de los nuevos combates. Aquí no hay tregua", ha lamentado.
Según la ONG, es difícil encontrar a alguien que no haya perdido a algún familiar o amigo, o que no se haya quedado sin su hogar o sin sus medios de subsistencia. Todo el mundo vive bajo una sensación de miedo constante, pero no les queda otra opción que seguir intentado salir adelante, ha subrayado.
Mientras tanto, la situación humanitaria sigue deteriorándose, el acceso a la atención sanitaria está cada vez más limitado, no hay electricidad, las calles se llenan de basura, y los alimentos y otros productos básicos sólo están disponibles a unos precios completamente desorbitados, ha denunciado.
El coordinador general de MSF en Yemen, Will Turner, ha considerado "inaceptable" los ataques contra civiles y ha puesto el ejemplo de una niña pequeña con "el estómago destrozado por el impacto de una bala que le alcanzó mientras esperaba para recoger agua".
Así las cosas, MSF ha hecho un llamamiento a todas las partes en conflicto en Yemen para que tomen de una vez por todas las medidas necesarias para proteger a la población civil y a que se reduzca el nivel de intensidad de los combates y se facilite en todo momento el acceso de ayuda humanitaria a Taiz.