Los folletos pintaban unas vacaciones de ensueño en las mediterráneas playas de Grecia y Turquía y miles de británicos, podrían ser 50.000, no pudieron resistir la tentación. Este verano reservaron un billete con la empresa Goldtrail a un resort en uno de esos dos países.
No podían imaginar que sus vacaciones iban a ser un fiasco por la quiebra repentina de la empresa, y justo cuando muchos de ellos habían comenzado su viaje o estaban a punto de hacerlo. Se calcula que hay 16.000 clientes de Goldtrail que están en este momento de vacaciones.
La quiebra ha dejado miles de damnificados. Varios grupos que debían partir el viernes del aeropuerto de Glasgow estuvieron esperando todo el día mientras los monitores les anunciaban que su vuelo llevaba retraso, hasta que finalmente de madrugada fue cancelado. También fue candelado el que debía salir el sábado a primera hora. Algunos de los viajeros manifestaron a la prensa local su disgusto: han pagado un viaje que no van a realizar y, los que se lo pueden permitir, se han visto obligados a buscar una alternativa de última hora.
De patitas en la calle
No lo tienen mucho mejor quienes ya disfrutan de sus vacaciones en Grecia y Turquía. Ante la quiebra del Touroperador, los hoteles les han dado un ultimátum: o pagan sus habitaciones o les ponen las maletas en la calle. Son palabras textuales, según han relatado a la prensa algunos de los afectados. De nada han servido los intentos de los clientes de explicarles que ellos ya han pagado sus vacaciones.
El Gobierno les ha dicho que disfruten de su verano porque un fondo estatal se hará cargo de los gastos, pero lo cierto es que ellos siguen teniendo la presión de los hoteles. Desde la dirección de uno de ellos se asegura que no están dispuestos a perder, que aún les deben 3,000 libras de la quiebra de otro operador y que no quieren que les vuelva a pasar lo mismo.
Y es que ahora llega el segundo problema, el de recuperar el dinero. Los clientes que no podrán disfrutar de sus vacaciones pagadas tendrán que iniciar ahora todos los trámites para reclamar el dinero que les deben y esperar, una espera que puede durar hasta dos años.
Un portavoz de la empresa, que lleva operando desde 2005, asegura que no han sido capaces de reservar el suficiente número de billetes de avión y habitaciones de hotel como para cubrir gastos. La quiebra dejará a 50 trabajadores en el paro. Desde hace meses se sospecha que Goldtrail no estaba funcionando bien y desde el Gobierno ya habían anunciado que algunos operadores turísticos no iban a poder sobrevivir a la crisis.
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