Muere un popular presentador de la BBC durante un juego sexual

INFORMATIVOS TELECINCO 02/03/2010 12:21

Según informa el diario 'The Telegraph', los servicios de emergencia llegaron al apartamento de Kristian Digby, de 32 años, a las 07:45 horas después de que la policía recibiera una llamada que alertaba de que había sido encontrado el cuerpo sin vida de un hombre de unos 30 años.

"Los servicios de emergencia que asistieron a la llamada confirmaron la muerte del presentador y avisaron a sus familiares para la identificación formal", explica en el diario británico un portavoz de Scotland Yard.

Los agentes de Newham están investigando las extrañas circunstancias de la muerte de Digby.

El presentador, que nació en Devon y había reconocido su homosexualidad, comenzó su carrera en la televisión en un Nightlife para la cadena ITV. En 2001, presentó 'The gay show' en la BBC. En pleno auge de popularidad tomó los mandos de otros programas como 'Double Agents', 'Living in the Sun', 'House Swap and Buy it', 'Sell It' y 'Bank I'.

Un portavoz de la BBC afirma en 'The Telegraph' que "Kristian era un presentador muy querido y de gran talento. Transmitía en todos sus trabajos una gran energía y se le echará mucho de menos, estamos con la familia en este difícil momento".

Digby dirigió también dos cortometrajes,'Last Train to Demise', consiguió un premio en el Festival de Cine de Melbourne y 'Words of Deception' ganó un Bafta.

Su representante se ha mostrado "devastado por la pérdida", "era un hombre encantador y con mucho talento, le echaré mucho de menos".

Las redes sociales como Twitter y Facebook se han convertido en un tributo para el joven presentador.

La cadena británica se ha visto rodeada de la polémica en las últimas semanas. El pasado 22 de febrero, un periodista de la BBC reconoció haber matado a su pareja, enfermo de SIDA, para que dejara de sufrir.

Un juego erótico muy peligroso

La autopsia espera aclarar las extrañas circunstancias de su muerte que apuntan a que le restringieron, de manera deliberada, la corriente de oxígeno en una práctica denominada 'asfixia-erótica'.

En teoría sirve para aumentar el placer sexual pero los médicos ya han alertado de lo peligroso que puede llegar a ser este método.