Nuevas explosiones en Cocody, barrio de la residencia del presidente saliente Gbagbo

AGENCIA EFE 11/04/2011 10:08

Anoche, varios helicópteros de la Misión de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI) y de la operación militar francesa Licorne bombardearon el Palacio Presidencial, en Le Plateau, y la residencia presidencial para destruir el armamento pesado que aún poseen las fuerzas favorables a Gbagbo.

Según residentes de estos barrios de la capital económica del país, los bombardeos duraron varias horas de la noche.

En un comunicado emitido anoche, el Gobierno del presidente electo, Alassane Ouattara, indicó que los ataques de la ONUCI y Licorne se realizaron a petición del presidente electo.

La nota explicó que "el presidente tenía que reaccionar frente al peligro que representa el uso de armas pesadas contra civiles, embajadas, residencias de embajadores acreditados en Costa de Marfil y el Hotel Golf", sede del Gobierno de Ouattara, en referencia a los sucesos acontecidos en Abiyán en los últimos días.

Esa petición la realizó con anterioridad el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien confirmó anoche haber ordenado la intervención de los helicópteros de la ONUCI.

Ban subrayó que el uso de armamento pesado contra los civiles y las fuerzas internacionales de paz "es inaceptable y no puede continuar", aseguró el portavoz de la ONU, Martin Nesirky.

Esos ataques, al igual que los lanzados contra la sede del Gobierno electo, obligaron al máximo responsable de la ONU a "instruir a la ONUCI a prevenir el uso de ese armamento, en cumplimiento de las resoluciones 1.975 y 1.962", adoptadas por el Consejo de Seguridad en 2011 y 2010, respectivamente.

"A petición mía, las fuerzas francesas Licorne apoyaron a ONUCI", expresó Ban en su comunicado, en el que también indicó que se ha informado de este hecho al Consejo de Seguridad de la ONU.

La actual crisis marfileña comenzó después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el pasado 28 de noviembre, cuando Gbagbo, presidente de Costa de Marfil desde 2000, se negó a admitir su derrota frente a Ouattara y a cederle el poder, a pesar de la fuerte presión internacional para que evacúe la Presidencia.