El diplomático noruego señaló en una intervención ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que la próxima celebración de los comicios y la intensificación de los combates han complicado la situación en el país asiático.
"Las elecciones de agosto son algo más que la selección de líderes para Afganistán, se trata de fortalecer la confianza popular en el proceso democrático y de las instituciones afganas", afirmó Eide en su discurso ante el máximo órgano de la ONU.
El enviado especial reiteró su llamamiento a los candidatos a hacer campaña con "dignidad y equidad", para evitar que las divergencias electorales impidan la unidad de las fuerzas democráticas una vez se terminen las elecciones.
"La situación en Afganistán es, con seguridad, la más compleja que hemos afrontado en muchos años", por lo que es particularmente crucial que los comicios sean creíbles y sus resultados aceptados por la población, aseguró.
A nadie le interesa que los resultados sean cuestionados por la ciudadanía y se socave la legitimidad del nuevo Gobierno, subrayó Eide, que encabeza la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA).
El enviado especial señaló que se logrado progresar en los últimos meses en varios campos, como el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad afganas o la reforma de la producción agrícola y del sector privado.
"Sin embargo, mi temor es que el estruendo de la campaña electoral y los combates absorba tanta energía y atención que eclipsen las tendencias positivas y afecten el impulso que hemos logrado", apuntó.
Advirtió de que si no se logra mantener el impulso positivo logrado en los últimos meses, la situación en el país podría estancarse de nuevo y la población desilusionarse.
Por ello, abogó por redoblar los esfuerzos para coordinar y mejorar los programas de desarrollo puestos en marcha en el país con el fin de responder a las necesidades del pueblo afgano "de desarrollo económico y justicia social", lo que redundará en una mayor confianza en el Gobierno de Kabul.
También insistió en la necesidad de que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) revise sus tácticas para evitar la muerte de civiles en sus operaciones.
"Desde mi punto de vista, los costos políticos de los últimos errores son simplemente desproporcionados respecto al beneficio militar y, por tanto, los reajustes son necesarios", afirmó Eide.
Al mismo tiempo, recordó que los talibanes y otras milicias son responsable de la gran mayoría de las muertes de civiles en el conflicto, ya sea en combates o atentados terroristas.
La embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice, se hizo eco de la preocupación del responsable de UNAMA por la muerte de civiles en las acciones que llevan a cabo los militares de su país y de otros contingentes extranjeros presentes en esa nación.
Recordó que el nuevo jefe de ISAF, el general estadounidense Stanley A. McChrystal, afirmó al tomar posesión del cargo el pasado 14 de junio que la reducción de las bajas civiles era una prioridad.
"Tampoco nos podemos olvidar que en la búsqueda de conseguir nuestras metas nos enfrentamos a un enemigo, los talibanes y otras milicias, que emplean prácticas atroces, como el uso de niños soldados o terroristas suicidas", agregó.
Según datos de la ONU, 2.118 civiles murieron víctimas del conflicto en 2008, más de la mitad en acciones atribuidas a la insurgencia talibán.