Un Pittsburgh blindado contra los activistas recibe a los líderes del G-20

INFORMATIVOS TELECINCO 24/09/2009 09:53

Liderados por la Unión de Libertades Civiles, y otras organizaciones de peso que ganaron notoriedad durante la guerra de Irak, como Codepink, cientos de activistas han comenzado a llegar a la ciudad, preparados para enarbolar sus pancartas a los líderes del G-20.

Los mandatarios llegan a esta ciudad de Pensilvania determinados a coordinar nuevas medidas contra la crisis económica, con varios puntos sobre la mesa, como limitar el pago a los banqueros, mejorar la regulación financiera, y estudiar cómo los Gobiernos pueden retirar los planes de estímulo sin dañar la incipiente recuperación.

Otro de los temas de la agenda es frenar el cambio climático, buscar un modelo de crecimiento sostenible con el medio ambiente, y luchar contra las altas tasas de desempleo que sufren muchos países.

La ciudad de Pittsburgh ofrece a los mandatarios un buen espejo donde mirarse. Hace tres décadas era la capital industrial del acero, con factorías a plena producción que daban empleo a más de 120.000 personas. Pero una dura reconversión acabó con este sector, y la ciudad se vio obligada a reinventarse y lo hizo apostando por las nuevas energías, la tecnología y la innovación.

Hoy en día, es una ciudad dinámica y ecológica, con decenas de empresas de nuevas tecnologías que dan trabajo a empleados cualificados, y con una tasa de desempleo inferior a la media del país.

Protestas recortadas

Mientras los mandatarios buscan inspiración en esta ciudad, los activistas quieren aprovechar la atención mediática de la cumbre para defender sus mensajes. "Estamos aquí para decir al G-20 que la gente necesita servicios sociales, en lugar de rescates para la banca o las grandes corporaciones", dijo a un medio local de Pensilvania la portavoz de la Caravana del Pueblo, Kim Coughlin.

Esta coalición representa a varias organizaciones que han ido recorriendo varias localidades en los últimos días, incluida la capital del estado, Filadelfia, antes de llegar a Pittsburgh. Pero organizar una protesta ante una cumbre de Jefes de Estado, y con una ciudad tomada por las fuerzas de seguridad, no ha sido fácil.

Hace unos días, seis grupos que pretendían celebrar una manifestación en defensa de la justicia social durante la cumbre del G-20 presentaron una demanda en los juzgados ante las trabas que les pusieron las autoridades. Aunque estos grupos estuvieron negociando durante más de un mes con las autoridades, sólo obtuvieron autorización para realizar dos de las 13 protestas que tenían programadas, una de ellas se hará lejos del centro de la ciudad, donde se reunirán los mandatarios.

"Lo que están haciendo esencialmente es rechazar cualquier manifestación en el centro de Pittsburgh, algo inaudito hasta ahora", dijo a la prensa Witold Walczak, uno de los abogados de la Unión de Libertades Civiles en Pensilvania.

Las autoridades sí han concedido permiso para realizar un acto en el centro de la ciudad. Se trata de un "festival de libertad de expresión" organizado por la Alianza para la Protección del Clima, fundada por el ex vicepresidente estadounidense Al Gore.