Por ello, ACNUR se está preparando para atender esta futura situación de crisis, que se concentrará sobre todo en la costa occidental de Yemen, de acuerdo con el portavoz de este organismo, Babar Baloch.
En los últimos días, ACNUR ha recibido informes en los que se indica que ha habido nuevos desplazados desde las provincias de Hudaydah y Taiz hacia los distritos de Ash Shamateen y Al Fayoosh, situados más al sur. Del mismo modo, este organismo se ha mostrado preocupado por la situación de los más de 1.400 refugiados de Eritrea y de los civiles yemeníes en la zona de Al Jawkah, a la que se espera atender con asistencia monetaria.
Con respecto a la situación de la capital, Saná, se ha vuelto a una relativa calma tras días de combates y bombardeos aéreos, por lo que las instalaciones de ACNUR han vuelto a abrir y se han reanudado operaciones humanitarias detenidas desde comienzos de mes.
Hasta ahora, ACNUR ha asegurado el despliegue de ayuda humanitaria de emergencia para más de 2.000 familias en Al Hudaydah. Se espera atender a otras 20.000, si bien el puerto de Al Hudaydah permanece cerrado, por lo que se tendrá que utilizar el de Adén para poder hacer llegar la ayuda.
Esta situación de guerra ha provocado un bloqueo en Yemen que ha derivado en escasez de agua e incrementos en los precios del petróleo y en bienes de consumo básico como medicinas o comida, pero no solo, ya que es difícil que la ayuda humanitaria llegue a los que la necesitan y, si lo hace, es con mucho retraso debido a la lentitud en las aduanas. Ante este hecho, ACNUR ha demandado a las autoridades que aceleren los controles para los cargamentos humanitarios.
Del mismo modo, se han pospuesto los programas de asistencia y de servicios de ACNUR para las comunidades desplazadas, así como operaciones destinadas a la repatriación de refugiados somalíes en Yemen que desean volver a su país, a excepción de un barco, que pudo transportar a más de cien refugiados a Somalia.