El general Alí Saeed Obaid ha informado al diario 'Yemen Post' de que de los 97 soldados que han sido acusados de la oleada de ataques, 62 han sido remitidos a la justicia militar y 35 están siendo investigados.
En los últimos meses se ha producido una cadena de ataques contra figuras y edificios gubernamentales, que las autoridades han atribuido a los grupos que todavía se resisten a admitir el fin del régimen de Alí Abdulá Salé.
A pesar de la dimisión de Salé, presentada el pasado mes de noviembre tras meses de protestas populares en su contra, los yemeníes denuncian que todavía hay familiares y colaboradores del ex presidente en la cúpula de las instituciones yemeníes.
Estos ataques se enmarcan en la situación de inseguridad que vive el país. El portavoz ha indicado que las bandas criminales han empezado a vestir uniformes militares y a instalar puestos de control en las calles de la capital, Saná.
En este contexto, el Ministerio de Interior ha prohibido llevar armas de fuego en las ciudades. Las estadísticas extraoficiales apuntan a que en Yemen hay 60 millones de armas de fuego, una media de tres por cada habitante.