Ciudadanos de Lesbos tratan de impedir el desembarco de refugiados sirios en medio de la crisis humanitaria

  • Han pasado tres días desde que Turquía decidiera abrir su frontera

  • Grecia no aceptará peticiones de asilo durante un mes

Al grito de "fuera de aquí" y con ayuda de un palo, un grupo de ciudadanos griegos intenta frenar el desembarco de este bote cargado de refugiados sirios. Es la imagen de la tensión que se vive en las últimas horas en la costa de Lesbos.

Han pasado tres días desde que Turquía decidiera abrir su frontera con Grecia y permitiera la entrada de refugiados sirios en Europa.

Son miles los que se concentran en los pasos fronterizos con la esperanza de alcanzar un futuro mejor. Para llegar hasta aquí han pasado calamidades, familias enteras cruzando ríos, atravesando carreteras. Cuando llegan al objetivo se encuentran con la respuesta del ejército heleno.

Con gases lacrimógenos, los disuaden. Grupos de locales han agredido a patadas a este periodista extranjero y han incendiado un centro de acogida de migrantes desocupado. La respuesta del Primer Ministro Griego acaba de ser anunciada: Grecia no aceptará peticiones de asilo durante un mes.

76 000 refugiados

Esta apertura fronteriza es el resultado del pulso que libra Turquía con la Unión Europea en una semana en la que el ejército turco ha sufrido importantes bajas en la Guerra de Siria. Hasta el momento han cruzado la frontera 76 000 refugiados.

Los Ministros de Exteriores de la Unión se van a reunir para tratar de encontrar una solución a la crisis humanitaria. El Gobierno de Erdogan tiene un pacto con Europa por el que ha recibido 6.000 millones de euros a cambio de controlar la migración irregular.