"Estados Unidos celebra el acuerdo alcanzado hoy en Minsk (...) que representa un paso potencialmente significativo hacia una solución pacífica del conflicto y la restauración de la soberanía de Ucrania", ha dicho la Casa Blanca en un comunicado.
Washington ha hecho hincapié en la necesidad de que todas las partes den "pasos concretos e inmediatos para cumplir sus compromisos sin más retrasos", conforme a lo pactado en la capital bielorrusa tanto este jueves como el 5 de septiembre.
"El alto el fuego debe implementarse, el armamento pesado debe retirarse y Rusia debe poner fin a su apoyo a los separatistas y replegar a su personal y equipos militares del este de Ucrania", ha concretado.
Así, ha indicado que "la verdadera prueba" para los acuerdos de Minsk "será su total e inequívoca implementación, incluido un cese de las hostilidades duradero y la recuperación del control por parte de Ucrania de su frontera con Rusia".
El Gobierno de Barack Obama ha aprovechado para expresar su "especial preocupación por la escalada de los enfrentamientos este mismo jueves, que es inconsistente con el espíritu de lo acordado por las partes".