El video ha convertido el rostro del mafioso en el más buscado de Italia. Ha permitido identificar al sicario: tiene 30 años y antecedentes criminales. Pero tras verse en televisión, ha tenido tiempo de ocultarse en alguno de los cientos de escondites que la camorra tiene repartidos en territorio napolitano. En las imágenes también aparecía un posible cómplice del asesino.
Al ser detenido, Gennaro Aiello ha dicho que estaba allí porque había quedado con su hija. Su mirada al reloj no era ninguna señal para el pistolero; simplemente, se cansó de esperar.
También la mujer de la víctima se ha quejado de la difusión de la cinta. Lo único que ha logrado, según ella, es que a su hija le llegara al teléfono móvil la ejecución de su padre. Frente a la publicidad de este caso, se alaba la discreción de la policía y el fiscal de Nápoles en la detención de otros mafiosos, los hermanos Russo. Aunque se ha tardado 15 años en dar con su paradero. CGS