“He trabajado duro para llegar hasta aquí”, cuenta Gillian Fe en declaraciones al dailymail.co.uk. La canadiense comenzó a engordar con su primer embarazo. En el segundo, llegó a pesar más de 90 kilos. “Me tomé a pecho la frase de comer por dos”, relata.
Después de tener un tercer embarazo de riesgo, trató de recuperar la salud, pero con el cambio desarrolló anorexia y bulimia. Comía a escondidas y llegaba a pasarse hasta tres veces en un día por restaurantes de comida rápida.
Tras una propuesta de sus amigos, Gillian se lanzó al culturismo como una forma de afrontar sus miedos delante de un escenario. Así, en mayo de 2013 se presentó a su primera competición. “Este es mi momento”, pensó.
Ahora trabaja con un nutricionista evitando el gluten, los lácteos, la soja, el café, los refrescos y el vino. Esto lo complementa con diez horas de sueño por la noche y una hora de entrenamiento seis días a la semana.