HRW denuncia los abusos a los que son sometidas las personas LGBT a manos de las fuerzas de seguridad libanesas

EUROPA PRESS 26/06/2013 11:58

El informe, 'Es parte del trabajo: los malos tratos y la tortura de los grupos vulnerables en las comisarías de Policía libanesa' de 66 páginas, consta de 52 entrevistas llevadas a cabo a personas detenidas por haber consumido presuntamente drogas, haber ejercido la prostitución o por el mero hecho de ser homosexuales. Las personas entrevistadas han asegurado que las fuerzas de seguridad abusaron de ellas, las torturaron y maltrataron.

"El abuso es común en las comisarías de Policía libanesas, pero es peor para los consumidores de drogas o trabajadores de sexo", ha declarado el subdirector de HRW para Oriente Próximo, Nadim Houry. "El abuso a los presos, especialmente a los más vulnerables de la sociedad, no va a parar hasta que Líbano ponga fin a la cultura de la impunidad policial", ha proseguido.

En el comunicado divulgado por la organización en el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, HRW ha exigido a las autoridades libanesas a que establezcan "un mecanismo independiente de denuncia" para investigar los presuntos casos de tortura. Asimismo, los países donantes deben asegurarse de que la ayuda a las fuerzas de seguridad apoya el establecimiento de mecanismos de rendición de cuentas reales.

"Me llevaron para interrogarme desnudo, me arrojaron agua fría, me ataron a una mesa con una cadena y me colgaron en la posición 'farrouj' --atar a la víctima a un palo colocado en la parte posterior de las rodillas, definida así por Amnistía Internacional--", ha destacado 'Mohamad' (nombre supuesto), arrestado por posesión de drogas. "Me rompieron los dientes y la nariz y me golpearon con un arma hasta que me dislocaron el hombro", ha añadido.

Al menos 17 antiguos presos han afirmado que no les facilitaron comida, agua o medicamentos cuando los necesitaban e incluso que su medicación fue requisada, según reza el comunicado. Otros nueve han asegurado que fueron esposados en cuartos de baño y que los obligaron a mantenerse durante horas en posiciones "muy incómodas".

De acuerdo con la ONG, once presos han subrayado que las fuerzas de seguridad los obligaron a escuchar los gritos de otros detenidos con el objteivo de asustarlos e incitarlos a cooperar o confesar. Además, 21 de las 25 mujeres interrogadas han denunciado que los agentes las habían sometido a violencia o coerción sexual, que incluyen desde la violación hasta el ofrecimiento de "favores" -- cigarros, alimentos, condiciones más cómodas en sus celdas o un informe policial más leve-- a cambio de sexo.

Human Rights Watch ha subrayado que la violencia física ha sido empleada tanto para conseguir confesiones como para castigar a quienes hubiesen tenido mal comportamiento. El poder judicial, ha indicado la ONG, ignora "regularmente" las quejas por los abusos policiales. Solamente en tres casos, ha enfatizado, el juez de instrucción ha llevado a cabo una investigación por las denuncias de coacción.

"La parálisis política que hay en Líbano no debe ser una excusa para evitar las reformas policiales esenciales", ha declarado Houry. "En cualquier caso, la actual crisis política y de seguridad destacan la necesidad de que las fuerzas de seguridad sean responsables y respetuosas para con los Derechos Humanos", ha añadido.