Reed, de 71 años, "se moría" antes de la operación, a pesar de que hace mucho tiempo que ha dejado atrás sus problemas de alcohol y drogas, como confirmó su mujer.
La cirugía de emergencia explica la decisión de Reed de cancelar cinco conciertos el mes pasado, entre ellas la muy esperada comparecencia en el multitudinario Festival de Rock de Coachella en California.
La operación fue realizada en un hospital de Cleveland ante la desconfianza que producían a la pareja los hospitales de Nueva York. "La clínica de Cleveland es masiva y han obtenido los mejores resultados en transplantes de corazón, hígado y riñón", declaró.
Anderson señaló que el nuevo hígado del cantante ha comenzado a funcionar inmediatamente y "cada día que pasa se encuentra mejor" y reconoció que, "si bien no parece que vaya a recuperarse completamente de esta experiencia, volverá ha hacer sus cosas en unos pocos meses". "Ya está trabajando y haciendo tai chi. Estoy muy contenta. Es una nueva vida para él", concluyó Anderson.