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Al contrario que en casi todos los países del mundo, en México estos días de difuntos se viven con alegría y color. Llevan días con sus catrinas en las calles y con sus altares de muertos. Las catrinas, esas calaveras sonrientes vestidas de mujer, son todo un icono del país centroamericano.
Su significado es que la muerte nos iguala a todos, ricos y pobres. Y los altares se crean para rendir homenaje a los seres queridos que ya no están. Con ofrendas que van desde alimentos, a velas, flores y objetos que pertenecían al difunto. Porque ellos creen que estos días regresan de nuevo con sus familias al mundo de los vivos.
Este año, además, en la capital del país, en Ciudad de México, han inaugurado un altar memorial dedicado a las víctimas de la pandemia de covid-19.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha celebrado este viernes "la buena noticia" que supone que todos los mexicanos mayores de 18 años cuentan con al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus, por lo que se iniciará con la inmunización de los menores.
"Ya se cumplió con el compromiso de aplicar al menos una dosis a todos los mexicanos, mujeres y hombres mayores de 18 años. Ya avanzamos mucho, desde luego hay quienes no han aceptado vacunarse pero están cambiando de parecer y vamos a continuar con segundas dosis", ha indicado el mandatario durante una de sus habituales ruedas de prensa, celebradas todos los días ante la prensa.
En este sentido, ha insistido en que desde la Administración continuarán "convenciendo a los que no se han vacunado" para que lo hagan, recoge 'Milenio', defendiendo que "mucha gente se ha ido convenciendo que es importante la vacuna", según demuestran los índices de inoculación.
Precisamente este viernes, y con una tasa de vacunación del 95 por ciento en adultos, la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha aseverado que "es momento de abrir la ciudad", por lo que se celebrará el tradicional Día de Muertos.