Brooke Ryan, una adolescente de 16 años, ha muerto después de un aparente ataque al corazón tras inhalar el vapor de un desodorante en Nueva Gales del Sur, Australia, para calmar su ansiedad.
Al parecer, la joven llevaba meses sufriendo ansiedad, y trató de intentar calmar uno de sus ataques de ansiedad inhalando el vapor de uno de sus desodorantes.
Su madre, Anne, encontró el cuerpo de la menor boca abajo, junto al desodorante y un paño de cocina. La mujer asegura que la ansiedad de su hija empeoró con el coronavirus, debido a las estrictas cuarentenas y al cambio de hábitos.
"Brooke era una niña hermosa, con un corazón de oro, a quien extrañamos mucho y estaría absolutamente devastada al saber el impacto negativo que ha tenido en tantas personas con su muerte", lamenta su madre.
La madre de Brooke también ha aprovechado la muerte de su hija para pedir a las autoridades que haya más prevención y alerta sobre los riesgos de utilizar estos productos, como aerosoles. También ha querido lanzar un mensaje de aviso a los padres con hijos con problemas de ansiedad, para que puedan darse cuenta de las señales de alerta.
Además, ha pedido un mejor etiquetado en las latas de los aerosoles para que se advierta sobre los riesgos, según recoge Daily Mail.
El cuerpo de la menor estaba cubierto de moretones, lo que sugiere que pudo haber tenido un ataque al corazón provocado por inhalar el aerosol.