“A medida que pasan los días es más duro el dolor”, declaraba, –en un sentimiento compartido por toda la familia–, la madre de Natacha Jaitt, modelo, presentadora y exconcursante de ‘Gran Hermano 6’ hallada muerta en el salón de eventos Xanadú, en Argentina, por circunstancias que aún se investigan entre una multitud de incógnitas y acusaciones cruzadas.
El abogado de la argentina, Alejandro Cipolla, desde el primer momento ha señalado a la posibilidad de que a la presentadora la asesinasen, y sospecha que hubo un complot para acabar con su vida: “un homicidio entre varias personas”, de las cuáles no saben “el rol de cada una”. “Tenemos varias declaraciones, pero se contradicen entre ellas”, ha declarado.
En este sentido, todas las acusaciones se dirigen hacia Raúl Velazquiti Duarte, el empresario y productor que acudió con la argentina al local donde ésta fue hallada sin vida. Los hermanos de la presentadora, cuyos últimos audios con Natacha han sido filtrados, también han apuntado hacia él como el responsable de su muerte. El empresario mintió a la policía en sus primeras declaraciones, que presentaban un cúmulo de contradicciones que acabaron por determinar su detención. Dijo que acudió al lugar con ella por cuestiones de trabajó, y aseguró, a pesar de las imágenes recogidas por las cámaras, –que evidencian que hubo consumo de alcohol y drogas, con botellas tiradas por las mesas–, que no la vio “consumir”, ni a Natacha ni a los que se reunieron. Estaba mintiendo, como también al referirse a la posición del cuerpo de la víctima y la ubicación del móvil. Dijo que Natacha había olvidado su teléfono en el coche y que la estuvo llamando cuando no aparecía, sin embargo, las cámaras de seguridad mostraron que fue él quien lo llevó hasta su vehículo. Lo hizo, según ha asegurado, por “miedo”, pero ahora todas las miradas se ciernen sobre él. “Es un partícipe necesario de lo que pasó”, asegura Ulises, hermano de Natacha.
Por el momento, no hay ningún otro detenido, mientras la familia aguarda a esclarecer las circunstancias de su muerte sumidos en un dolor que se hace cada vez mayor con cada escabroso detalle que sale a la luz sobre el caso. Desde el primer momento, sus allegados y su entorno han definido a una Natacha “agotada mentalmente”, asegurando, en palabras del periodista y amigo Luis Ventura, –quien compartió las fotografías de su cadáver–, que Natacha temía por su vida. “Me habló de su ex pareja, de las mafias que la estaban persiguiendo, del poder que la estaba acorralando y de un montón de gente”, manifestó, en declaraciones recogidas por Infobae.
Desde las redes sociales, la hija de Natacha, Antonella Olivera, de 20 años, quien manifestó que no iba va a parar “hasta descubrir toda la verdad”, se ha deshecho en gestos de cariño hacia su hermano pequeño, dando muestra de la unión de la familia para hacer frente a estos duros momentos. “Te amo hermanito. Nunca vas a estar solo. Te amo con el alma”, escribía en Instagram. El pequeño, de 12 años, ya perdió a su padre el actor Adrián Yospe, que falleció por un cáncer en el esófago en 2011, tal y como indica el medio argentino Crónica.