El 'número dos' de la Embajada de Birmania en Washington, Kyaw Win, ha pedido asilo político a Estados Unidos. En los últimos días envió una carta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para hablarle de su descontento con la falta de reformas del Gobierno birmano, lo que ahora teme que pueda ponerle en peligro.
"A veces cuando denuncias los hechos, no les gusta", ha declarado Win en una entrevista telefónica, en referencia a los dirigentes de la junta birmana. Este órgano entregó el poder en marzo a una autoridad civil, después de las elecciones de noviembre que fueron ampliamente consideradas como injustas.
Win asegura que trató de decirles "que lo que están haciendo no es justo". "Por su falta de contactos y formación, no tienen la capacidad de entender qué está pasando en el mundo", ha añadido.
En la carta a Clinton le comunicaba: "Los informes en los que sugería mejorar la relación bilateral entre Birmania y Estados Unidos han sido continuamente rechazados y han hecho que el Gobierno me considere peligroso".
"Estoy convencido y temo que seré juzgado por mis acciones, trabajo y creencias cuando vuelva a Naypyidaw después de completar mi etapa aquí", prosigue la misiva, hecha pública por un grupo birmano en el exilio y confirmada por Win. Este es el segundo 'número dos' de la Embajada que pide asilo a Washington desde 2005.
En una ocasión dijo que el actual Gobierno civil funciona bajo el férreo control de los mismos generales que saquearon la economía y reprimieron la libertad política. "Dos o tres generaciones ya están perdidas (...) ¿Cómo podemos seguir así?", planteaba.
Ahora, el diplomático apuesta por endurecer las sanciones de Occidente. "Podemos presionarles para que hagan muchas cosas, con sanciones dirigidas específicamente a funcionarios del Gobierno y a la gente que trabaja con ellos, a empresarios y compinches", ha sugerido.