Las autoridades locales han informado de que, entre el 14 y el 17 de noviembre, 84 personas murieron y otras 659 resultaron heridas como consecuencia de diversos ataques, mientras que en los últimos días se habrían registrado otros siete fallecimientos más, según un comunicado de la OMS.
A pesar de este aumento de la violencia, la zona sigue sin poder recibir medicinas y equipos básicos, ni tampoco se ha dado luz verde a un plan de la OMS y la Media Luna Roja para evacuar a los pacientes "críticos". De hecho, la falta de servicios esenciales y los problemas en el suministro de electricidad, combustible y agua potable no hacen sino aumentar el riesgo de que surjan brotes de enfermedades diarreicas, tifoideas o hepatitis.
Los pocos convoyes que han logrado entrar en Ghuta Oriental lo han hecho de forma "irregular" y con ayuda que es "insuficiente" para las "crecientes necesidades" de la población local, según la OMS.
La representante de esta agencia en Siria, Elizabeth Hoff, ha subrayado que es "urgente" que las autoridades permitan una entrada "continua y sin trabas" de esta ayuda y ha subrayado que la OMS "está lista para responder a las necesidades médicas una vez se garantice el acceso".