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En Florida, Estados Unidos, una pelea entre los aficionados que asistieron a un combate amateur ha acabado a tiros y sembrando el caos a todos los asistentes.
Uno de los hombres implicados da dos disparos al aire y con ello se desata el caos entre todos el público. Al parecer, pretendía de esta forma calmar el ambiente, pero consiguió todo lo contrario.
Con los disparos se produjo una auténtica batalla campal donde volaron sillas, botellas y un sinfín de puñetazos. El incidente acabó sin detenidos pero varias personas fueron atendidas por los servicios sanitarios. La policía intenta ahora localizar al hombre que disparó la pistola.
Los numerosos y habituales tiroteos en EEUU han promovido a que el presidente del país, Joe Biden, haya instado este martes al Congreso del país a prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad y a cerrar las lagunas existentes en el sistema de verificación de antecedentes para adquirir armas de fuego.
En un discurso pronunciado desde la Casa Blanca, después de que un hombre armado matara a diez personas en un comercio en la localidad de Boulder, en Colorado, Biden ha hecho hincapié en que "no necesita esperar un minuto más y mucho menos una hora" para "tomar medidas de sentido común que salvarán vidas en el futuro".
"Urjo a mis colegas de la Cámara de Representantes y del Senado a actuar", ha pedido, según ha recogido 'The Hill'. Así, ha reclamado al Senado que apruebe "inmediatamente" dos proyectos de ley, a los que la Cámara de Representantes ya ha dado luz verde, para ampliar los controles de antecedentes penales para la venta de armas de fuego.
"Esto no es y no debería ser un asunto partidista, es un asunto estadounidense", ha reiterado el mandatario.
Los hechos tuvieron lugar en torno a las 15.00 horas del lunes, cuando un hombre armado irrumpió en el centro comercial King Soopers de Bounder. Diez personas, incluido el agente de Policía Eric Talley, de 51 años, uno de los primeros en llegar al lugar de los hechos, fallecieron. El sospechoso de cometer el tiroteo, identificado como Ahmad al Aliwi Alissa, de 21 años, ha sido imputado con diez cargos de asesinato en primer grado.