Poco después de despegar del aeropuerto de Darwin, el piloto, Steve Bolle, detectó una pérdida de potencia en uno de los motores. Se dio cuenta de que no podía volver al aeropuerto, por lo que buscó rápidamente un lugar para realizar un aterrizaje de emergencia cerca de la playa, pero en el mar.
"Hay que elogiar al piloto por mantener la cabeza fría y actuar de forma apropiada para conseguir la seguridad de los pasajeros", ha indicado el superintendente de emergencias del Territorio norte, Rob Farmer. "El piloto ha hecho un brillante trabajo. Ha salvado su propia vida y la de los pasajeros", ha añadido.
Los equipos de emergencia han conseguido sacar la parte sumergida de la avioneta antes de la subida de la marea. El incidente está siendo investigado por la Oficina de Seguridad en el Transporte Aéreo.
KOD