Los servicios sociales tendrían que haber evitado la muerte por inanición de una niña de siete años

INFORMATIVOS TELECINCO 26/02/2010 09:29

La pequeña Khyra vivía en Birmingham, donde 18 niños más han muerto en los últimos cinco años, donde algunas autoridades locales, describen este ratio de muertes como "una epidemia". Khyra vivía confinada en una minúscula habitación, privada de alimentos. Además, fue golpeada regularmente. Murió en mayo de 2008 a los sietes años de edad y con un peso que no llegaba a los tres kilos.

Angela Gordon y Junaid Abuhamza abusaban de ella continuamente. Ayer ambos fueron declarados culpables de homicidio y malos tratos a menores. Los fracasos de los servicios sociales y seguridad social han quedado al descubierto. La jueza instructora del caso ha concluido que "Khyra murió por la irresponsabilidad de su madre y su novio, pero si hubiera habido una evaluación inicial adecuada de los servicios sociales y de asistencia educativa, la niña no habría muerto".

"Simplemente viendo las fotografías de la casa y las condiciones en las que los niños vivían o la manera en la que eran alimentados –con un cuenco comían todos-, los servicios sociales habrían intervenido", relata la jueza. "Es increíble que en el 2008 en una ciudad bulliciosa, enérgica y moderna como la de Birmingham, una niña de siete años dejara de ir a la escuela y, posteriormente, fuese encerrada en condiciones miserables, durante cinco meses hasta morir de hambre... ningún profesional, maestro o trabajador social, vio a los niños después de febrero 2008, y nadie trató de averiguar que pasaba", ha comentado indignada.

Otros casos

Khyra ha traído a la memoria a Peter Connelly, conocido como Baby P, cuyo caso conmocionó a la opinión pública. Peter murió con 17 meses, en 2007, después de sufrir meses de abusos por parte de su madre, Tracey Connelly, su novio, Steven Barker, y el casero de ambos, Jason Owen, a pesar de haber recibido 60 visitas de los servicios sociales que lo habían incluido en el registro de "peligro" por su situación familiar.

La defensa de Gordon y Abuhamza pidió en el juicio una reducción de condena, alegando que la madre, de 30 años, sufría esquizofrenia, y su pareja, de 35, una depresión grave. La justicia, en cambio, al emitir su fallo, ha tenido en cuenta también las condiciones en las que vivían también los demás niños.

Tony Howell, director estratégico de los servicios sociales de Birmingham, se ha limitado a decir que siente "mucho que no pudimos salvar Khyra Ishaq". Ahora las autoridades competentes "reflexionan" ya que su "responsabilidad" es "proteger a los niños vulnerables", ha explicado.

Las autoridades revisaran el caso durante unas semanas, pero hasta entonces no se tomarán medidas disciplinarias. Khalid Mahmood, diputado laborista, ha pedido una amplia investigación sobre los servicios sociales de la ciudad.

EBP