El examen médico surcoreano descarta que un activista fuera torturado durante su detención en China

EUROPA PRESS 14/08/2012 10:19

Kim Young Hwan y otros tres activistas surcoreanos regresaron el pasado mes de julio a Corea del Sur tras haber permanecido en China detenidos durante casi cuatro meses. Kim, de 49 años de edad, denunció a su llegada a territorio surcoreano que había sido torturado por los agentes de Seguridad chinos y aseguró que, entre otros abusos, había sido sometido a descargas eléctricas y privación del sueño durante su primer mes de arresto.

El activista surcoreano y sus seguidores habían emplazado a las autoridades de Pekín a que sancionaran a los agentes que estaban implicados en las torturas a Kim e investigaran los abusos, tomando declaración a los testigos. El Gobierno chino ha negado en todo momento las acusaciones.

Tras una primera revisión la semana pasada, Kim se sometió el lunes a un completo examen médico, que incluyó pruebas psicológicas, en el Hospital Universitario de Bundang, al sur de Seúl. El resultado de esta prueba ha sido que no se han hallado indicios de torturas o malos tratos ni signos de haber sido víctimas de descargas eléctricas ni golpes.

Las pruebas médicas sí han encontrado quemaduras leves en músculos y en los pómulos, pero los médicos han determinado que no son suficientes como pruebas de malos tratos o torturas, según las fuentes consultadas por la agencia Yonhap.

El pasado 6 de agosto, Kim denunció que él y otros tres activistas sufrieron torturas cuando se encontraban bajo custodia de las autoridades chinas. "Fui sometido a torturas con electricidad, con barras electrificadas, durante entre cinco y ocho horas", afirmó Kim en rueda de prensa desde Seúl.

"También fuimos sometidos a tortura por privación de sueño durante seis días seguidos. Sospecho que todo es por iniciativa de la seguridad estatal de Corea del Norte", aseguró. Durante los interrogatorios se les preguntó por su trabajo con los refugiados norcoreanos.

Kim ha denunciado además que desde que asumió el poder el nuevo líder norcoreano, Kim Jong Un, se ha lanzado una campaña para garantizar la estabilidad del régimen por medio de una mayor vigilancia de altos cargos y ciudadanos.

El Gobierno surcoreano ya ha presentado una queja formal ante China y ha exigido una investigación de lo ocurrido. Sin embargo, Pekín niega que se haya producido tortura alguna.

Kim, que cuenta con contactos entre la disidencia interna norcoreana, manifestó su pesimismo ante la posibilidad de una apertura del régimen. "Tengo serias dudas sobre si Corea del Norte tiene la resistencia suficiente para superar los obstáculos para las reformas y la apertura", indicó.

La única opción de cambio, si fuera posible, vendría precedida de una intervención una reacción del núcleo duro del régimen. "Creo que habrá más opresión y vigilancia para crear una sensación de aceptación de las reformas y la apertura y para evitar posibles consecuencias negativas de dicha medida", argumentó.