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La Unión Europea estudia más sanciones contra Rusia tras conocerse la mascare de Bucha. Algunas fuentes señalan que Bruselas estaría estudiando la posibilidad de sancionar a las hijas del presidente ruso, Vladimir Putin, Katerina Tikhonova y Mariya Vorontsova.
La Unión Europea evalúa sancionar a las hijas del presidente ruso, Vladímir Putin, según personas familiarizadas con el asunto. Esta sería una de las propuestas que maneja Bruselas, tras la matanza de civiles en Bucha, según informa el diario Daily Mail.
La nueva lista de candidatos a ser sancionados por la guerra de Ucrania puede cambiar hasta el último minuto antes de su aprobación. En ella se incluye a otra docena de personas, entre magnates, familiares de Vladimir Putin y personas cercanas a él.
La sanción contra Katerina Tikhonova y Mariya Vorontsova, las hijas de Vladimir Putin, es más simbólica que otra cosa, ya que nadie sabe si tienen recursos fuera de Rusia. De hecho sus identidades están llenas de misterio.
Ninguna de las hijas de Vladimir Putin lleva el apellido de su padre por motivos de seguridad. Moscú nunca ha confirmado sus identidades, ni publicado imágenes de ellas de adultas. En general, Putin siempres es muy celoso de su vida personal, de la que poco se sabe.
El presidente de Rusia y Liudmila Shkrébneva, su exmujer, tuvieron dos hijas. La mayor se llama Mariya Vorontsova y nació en 1985. Está casada con el empresario neerlandés Jorrit Faasen, que trabajó para Gazprom. Es copropietaria de Nomenko, una empresa que participa en un proyecto de inversión mayoritariamente privado de Rusia en atención médica. Es médico.
Yekaterina Tíjonova es la segunda hija de Vladimir Putin. Nació en 1988. Se casó con Kiril Shamálov, un multimillonario, del que se separó cinco años después del enlace en 2018. Es investigadora en la Universidad de Moscú. Dirige el instituto de inteligencia artificial en la Universidad Estatal de Moscú.
La Unión Europea también aborda sancionar a nuevos bancos rusos que aún no han sido expulsados del sistema de transferencias internacional. Por último, estudia restringir la compra de energía rusa, gas, petróleo y carbón, un tema complicado por la dependencia que Europa tiene de Rusia en este aspecto y que antes de la masacre de Bucha se descartaba.
Por ahora, el G7, la UE y Estados Unidos acordaron prohibir "todas las nuevas inversiones" en Rusia.